Bienvenidos a la sección de los Codex dedicada a los Hijos de Tánatos, una raza envuelta en misterio y devoción hacia su deidad oscura. Con una longevidad asombrosa de 5,000 años, los Hijos de Tánatos son bendecidos con la casi-eterna como un regalo divino de su dios, una demostración de su profunda conexión espiritual con la deidad de la muerte y el renacimiento.
Los edificios y estructuras que los Hijos de Tánatos han erigido a lo largo de los milenios son monumentos a la tecnología oscura y avanzada, creando un paisaje gótico lleno de misterio y antigüedad. Las torres altas y los detalles góticos proyectan una imagen amenazante, mientras que los colores predominantes, el negro y el dorado, simbolizan su alianza con Tánatos y su búsqueda inquebrantable de conquistar la oscuridad.
La sociedad de los Hijos de Tánatos está fuertemente jerarquizada, donde el culto a su deidad se mezcla con el poder político y militar. Aunque su población se limita a un millón, su organización es altamente centralizada bajo el liderazgo absoluto de Damocles. Las clases sociales están estrictamente definidas, y la élite compuesta por guerreros y tecnólogos ocupa las posiciones más altas. La obediencia a Tánatos y la devoción al imperio son inquebrantables, alimentadas por la creencia de que el favor del dios les otorgará un poder y conocimiento aún mayores.
"Sangre eterna, victoria eterna, por Tánatos marchamos."
INFORMACIÓN EXTRA:
La corriente filosófica a la que pertenece el gobierno de los Hijos de Tánatos y que regularmente es la ideología predominante de la raza es el "Teocrático-militarismo". Esta ideología se basa en la combinación del culto ferviente a su deidad oscura, Tánatos, con una estructura de poder militar altamente centralizada y jerarquizada.
El teocrático-militarismo de los Hijos de Tánatos se fundamenta en la creencia en la divinidad de Tánatos y en su papel como guía y protector de la raza. Tánatos es venerado como un dios de la muerte y el renacimiento, cuya influencia impregna todos los aspectos de la vida de los Hijos de Tánatos. Su longevidad casi eterna, otorgada como un regalo divino de su deidad, refuerza la devoción y conexión espiritual de la raza con Tánatos, y alimenta su deseo de conquistar la oscuridad y expandir su imperio en nombre de su dios.
Las torres altas y los detalles góticos evocan la presencia imponente de Tánatos, mientras que los colores predominantes, el negro y el morado, simbolizan su alianza con el dios de la muerte y el renacimiento. Esta estética sombría y majestuosa refleja la profunda devoción de los Hijos de Tánatos hacia su deidad y su búsqueda implacable de poder y dominación.
En la sociedad de los Hijos de Tánatos, el teocrático-militarismo se manifiesta en una estructura jerarquizada y altamente centralizada, donde el culto a Tánatos se entrelaza con el poder político y militar. Bajo el liderazgo absoluto de Damocles, la élite compuesta por guerreros ocupa las posiciones más altas de la sociedad, mientras que las clases inferiores están subyugadas por la autoridad y la influencia del régimen teocrático-militar. La obediencia a Tánatos y la devoción al imperio son inquebrantables.
Año: 85,000+ (ADL) - 1600 (DL)
Año: 85,000 (ADL)
En las sombras del tiempo, en los rincones más profundos y antiguos del universo, se forjó una historia que trascendió los límites del ser y la existencia misma. Una crónica de evolución y ascenso, un testimonio de superación y poder indomable. Este es el relato del surgimiento del Imperio de los Hijos de Tánatos, una raza que emergió de las profundidades del caos primordial para alzarse como seres de conocimiento y dominio inigualables.
Desde tiempos inmemoriales, estos seres primigenios emergieron en Ambtachylos, un planeta sumido en la más abrumadora oscuridad y hostilidad. Desde su nacimiento, se encontraron en una danza mortal con un entorno que parecía empeñado en ver su aniquilación. Cada día era una lucha por la supervivencia en un mundo donde la muerte y la destrucción eran constantes compañeras. Las invasiones demoníacas asolaban su tierra, y las criaturas infernales acechaban en cada sombra.
Vivían en un estado de alerta perpetua, desarrollando sus instintos y habilidades naturales para enfrentar las amenazas que los rodeaban. La tecnología era un concepto ajeno a ellos, y su vida estaba arraigada en lo más básico: la caza, la recolección y la defensa. Cada día era un desafío, cada noche era una lucha por la supervivencia.
Su apariencia reflejaba su lucha constante. Cuerpos robustos y musculosos, adaptados para soportar el estrés físico extremo y las condiciones hostiles. La piel tostada por el sol y marcada por cicatrices testimoniaba las batallas libradas. Los ojos agudos y alertas, siempre en busca de peligro. Su vestimenta estaba hecha de materiales naturales, pieles y cueros de las bestias que cazaban, diseñada para protegerse de las inclemencias y de las garras afiladas de los enemigos.
Cada victoria contra las fuerzas demoníacas, cada día sobreviviendo, fortaleció su espíritu y su determinación. Con el tiempo, aprendieron a utilizar las energías de su entorno para crear armas rudimentarias y tácticas de combate. Cada pequeño paso hacia el dominio sobre su entorno fue una victoria que celebraron con fervor.
La supervivencia se convirtió en su identidad, la lucha en su esencia. Cada individuo llevaba consigo las cicatrices físicas y emocionales de la batalla constante. "Vivir es resistir" se convirtió en su lema no oficial, un recordatorio constante de que cada día era una batalla ganada contra la oscuridad que los rodeaba.
Año: 1,000 (ADL)
En medio de la opresiva oscuridad y el agobio de la incertidumbre, se desplegó un acontecimiento que reverberaba a través de los siglos. En el corazón mismo de la negrura, donde la esperanza apenas podía asomar su rostro, Tánatos emergió ante los Schwarzer. Su presencia, tanto majestuosa como aterradora, se insinuó en las raíces mismas de sus almas exhaustas. La revelación de este ser oscuro, ansioso por trastocar sus destinos, destapó un sendero que antes parecía inaccesible.
Tánatos, el dios vacío y la personificación de la locura, desplegó sus sombrías alas sobre ellos. Su esencia era una oscuridad insondable que buscaba encontrar refugio en aquellos que ansiosamente la acogerían. Los Schwarzer, atrapados en su lucha desesperada por la supervivencia, se encontraron cara a cara con esta entidad que prometía un poder inmenso a cambio de lealtad inquebrantable.
El pacto que sellaron trajo consigo el yugo de la obsesión. Tánatos, un dios oscuro que carecía de poder propio, requería seguidores para canalizar su esencia y crecer en fuerza. A medida que los Schwarzer abrazaron su devoción, sus habilidades y conocimiento comenzaron a expandirse con una voracidad sin límites. El dios del vacío les otorgó una visión distorsionada de la realidad, convirtiéndolos en instrumentos de su propia sed insaciable.
En su avidez por el poder, los Schwarzer ascendieron desde las cenizas de la desesperación, adentrándose en un reino donde las sombras y la locura eran su guía. A medida que su imperio se erguía, también crecía su sometimiento a la voluntad de Tánatos. La línea entre la adoración y la esclavitud se volvió borrosa, y su búsqueda de poder los sumió en un abismo de oscuridad.
La metamorfosis de los Schwarzer en los Hijos de Tánatos marcó un punto crucial en su historia, una transformación que no solo alteró su identidad, sino también sus vidas y capacidades. Fue un acto impulsado por una necesidad desesperada y una lealtad ferviente hacia su deidad oscura, Tánatos.
Como los devotos seguidores de Tánatos, los Schwarzer estaban dispuestos a sacrificarse por el poder y conocimiento que su dios les prometía. En respuesta a esta lealtad inquebrantable, Tánatos, el dios vacío y la personificación de la locura, derramó su esencia sobre ellos. A medida que esta esencia oscura permea sus seres, los Schwarzer experimentaron un cambio profundo en su biología y esencia misma.
La influencia de Tánatos les otorgó nuevas capacidades que exceden cualquier límite humano conocido. Se vieron bendecidos con una fuerza inhumana, una velocidad que desafiaba las leyes naturales, una resistencia que los hacía casi invulnerables y una longevidad que se extendía por milenios, permitiéndoles vivir hasta cinco mil años. Estos dones sobrenaturales fueron el resultado directo de su devoción y pacto con Tánatos, quien canalizó su poder en ellos para que actuaran como sus instrumentos en el mundo mortal.
Aunque Tánatos podía parecer un ser oscuro y misterioso, su conexión con los Hijos de Tánatos tenía matices complejos. A su manera, amaba a sus seguidores, no de la manera convencional, sino como un padre hacia sus hijos. Buscaba proporcionarles las herramientas para prosperar en un mundo que amenazaba con consumirlos. A pesar de su naturaleza oscura, Tánatos se esforzaba por guiarlos por un camino de supervivencia y empoderamiento.
Tánatos les brindaba poder y conocimiento, pero también actuaba como un mentor sombrío y protector. Les proporcionaba las habilidades y fortalezas que necesitaban para sobrevivir en un entorno hostil, aunque a menudo con un costo alto. A través de su unión con Tánatos, los Hijos de Tánatos encontraron un padre oscuro y poderoso que, aunque no seguía las convenciones de afecto humano, estaba dedicado a elevarlos y protegerlos.
En medio de una noche tan oscura que parecía absorber la luz, nació un bebé cuya existencia trascendía a todo lo conocido. Sus padres observaron con asombro mientras sostenían en sus brazos a su recién nacido hijo, a quien llamaron Damocles. A simple vista, parecía un infante de su especie, con la misma apariencia que otros de su raza. Sin embargo, tras su aparente vulnerabilidad latía un poder abrumador que hacía retumbar la misma tierra bajo sus pies.
Era como si las fuerzas primordiales del universo convergen en su ser, confiriéndole una presencia magnética que desafiaba toda lógica. Su mera existencia parecía desencadenar un vórtice de energía incontrolable, tanto hermoso como aterrador. Aquel niño, Damocles, se convirtió rápidamente en el foco de atención de su especie, y también de fuerzas desconocidas que acechaban en la oscuridad.
La intervención de Tánatos no se hizo esperar. Ante los padres atónitos, la figura oscura de Tánatos se materializó ante ellos. Su presencia parecía eclipsar el mismo firmamento, y su voz resonaba en sus almas como un eco sombrío.
"Este es el elegido", susurró Tánatos, con un tono que llevaba consigo el peso de la eternidad. "Damocles será mi campeón, el guía de su especie hacia un futuro glorioso. Yo lo he elegido para llevar a cabo mi voluntad."
Sus palabras resonaron en la atmósfera cargada de anticipación y temor. Damocles, el bebé con el poder de un dios, estaba destinado a ser el instrumento de Tánatos en el mundo mortal. Con el tiempo, aquel infante se convirtió en un hombre adulto, cuyo poder no hacía sino aumentar con cada día que pasaba. Su nombre resonaba en los corazones de los schwarzer, evocando una mezcla de admiración y temor.
La promesa de Tánatos se cumplió. En una ceremonia grandiosa y siniestra, Damocles fue coronado como el Emperador de los Hijos de Tánatos. Vestido en túnicas oscuras y cargado con la pesada corona, su presencia irradiaba autoridad y dominio absoluto. Los cielos oscuros parecían ceder ante su figura imponente, mientras la tierra temblaba en reconocimiento de su poder.
"Yo soy el instrumento de Tánatos", proclamó Damocles con voz firme y resonante, dirigiéndose a su pueblo reunido. "Seguiremos el camino de nuestra deidad oscura hacia la grandeza y la gloria. No seremos dominados por nadie más que por el vacío y el poder que nos ha otorgado."
Sus palabras resonaron en la conciencia colectiva de su especie, sellando su destino en la oscuridad y el poder de Tánatos. Damocles, el Emperador coronado por un dios oscuro, se alzaba como el líder supremo de los Hijos de Tánatos, guiándolos hacia un futuro que sería tanto magnífico como tenebroso, en el que la gloria y la oscuridad se entrelazaban en una danza eterna.
Año: 987 (ADL)
Con la coronación y ascenso de Damocles como Emperador, el imperio de los Hijos de Tánatos se elevó hacia un nuevo nivel de poder y grandeza, envuelto en un aura de oscuridad y determinación. El trono imperial se erguía en medio de una sala de obsidiana, iluminada por una luz mortecina que resaltaba el brillo siniestro de las gemas incrustadas en las paredes. El ambiente estaba cargado con la resonancia de las almas que habían caído ante el poder de los Hijos de Tánatos.
La tecnología avanzada de la que disponían había sido moldeada por las sombras de su deidad oscura. Sus naves espaciales eran maravillas de ingeniería, negras como la noche y adornadas con símbolos misteriosos que parecían parpadear como ojos vigilantes. Las armas letales en su arsenal eran capaces de desatar la destrucción en una escala apocalíptica, y las llamas que surgían de ellas se fundían con la oscuridad, creando una coreografía infernal de muerte y caos.
Ambtachylos, su planeta natal, era un mundo envuelto en hostilidad y desafíos mortales. Los Hijos de Tánatos habían demostrado su valía y poder en esta tierra inhóspita, sometiendo a los demonios y criaturas que habitaban en sus sombras. Las ciudades se alzaban como fortalezas inexpugnables, construidas con acero oscuro y adornadas con estatuas que representaban la oscuridad misma. El cielo de Ambtachylos estaba dominado por nubes ennegrecidas y tormentas que parecían estar en perfecta armonía con la esencia de los Hijos de Tánatos.
En cada rincón de su imperio, el nombre de Damocles resonaba como un eco implacable. Había ganado la reputación de ser imparable, la personificación misma de la sombría fuerza que los impulsaba. Sus victorias en el campo de batalla se multiplicaban, con registros inmaculados que hablaban de conquistas incuestionables. Los enemigos que osaron desafiarlos se encontraron con una resistencia implacable y una destreza táctica que parecía estar bendecida por la misma oscuridad.
LA HISTORIA DE LA BANDERA
Año: 1293 (ADL)
En los anales de la historia, se relata la épica saga de los Hijos de Tánatos, una raza que emergió de las sombras de su mundo natal Ambtachylos, un reino envuelto en llamas y oscuridad, donde la supervivencia era un constante y brutal desafío. En los oscuros abismos de ese mundo inhóspito, acechaba una bestia infernal, conocida como Younzal.
Estas criaturas colosales, de piel escamosa y ojos ardientes como brasas, eran los señores supremos de la cadena alimenticia en el planeta Tánatos. Durante eones, los Hijos de Tánatos, entonces conocidos como los Schwarzer o incluso con otros nombres, fueron cazados sin piedad por estas abominaciones vivientes. Cada día era una lucha desesperada por la supervivencia, mientras los Younzal acechaban en las sombras, reclamando vidas y sembrando el terror en el corazón de los Schwarzer.
Sin embargo, la llama de la resistencia nunca se extinguió en los hijos de Tánatos. A través de la adversidad y el sufrimiento, forjaron su voluntad y agudizaron su ingenio. Hasta que finalmente, tras milenios de lucha despiadada, los Schwarzer ascendieron de las sombras para reclamar su lugar como depredadores supremos.
Fue en una batalla titánica, donde los hijos de Tánatos, armados con la sabiduría de generaciones y el coraje de sus ancestros, desafiaron a las manadas de Younzal en un enfrentamiento que sacudió los cimientos mismos de su mundo. Con lanzas forjadas en las entrañas de su desesperación y corazones ardientes, los Schwarzer enfrentaron a sus antiguos depredadores con determinación.
Y en el momento culminante de la batalla, cuando el destino pendía de un hilo y la esperanza parecía efímera, un héroe se alzó entre las filas de los primitivos guerreros. Con una valentía inquebrantable, clavó su espada en el cráneo del Younzal más grande y feroz, derrotándolo de una vez por todas.
La cabeza de la bestia infernal, atravesada por la espada del héroe, se convirtió en un símbolo de la victoria de los Hijos de Tánatos sobre la oscuridad que los había acosado durante tanto tiempo. Y así, en honor a su triunfo y como testimonio de su transformación de presas a depredadores, los Schwarzer adoptaron el emblema de la cabeza del Younzal en su bandera.
LA FORJA DE LA ARMADURA
Año: 986 (ADL)
En las profundidades de una forja ancestral, el metal ardía como el fuego del abismo. Chispas danzaban en el aire, creando un espectáculo de luces y sombras que se reflejaban en las paredes rugosas de la cámara. En medio de esta danza infernal, la armadura de Damocles estaba tomando forma, forjada por manos expertas que conocían los secretos del metal y el poder que residía en cada golpe de martillo.
La forja era un lugar de misterio y poder, un rincón oscuro donde la esencia de Tánatos parecía estar presente en cada rincón. Las llamas parecían parpadear con una luz malévola mientras el aire resonaba con el martilleo constante y determinado. Los artesanos trabajaban en silencio, inmersos en su tarea y conscientes de la importancia de la creación que estaban llevando a cabo.
La armadura tomaba forma lentamente, como si el metal mismo respondiera a la voluntad de Damocles. Cada detalle, cada curva y pliegue, estaba cuidadosamente diseñado para representar la gloria y el poder de los Hijos de Tánatos. El color negro del metal estaba salpicado con detalles dorados que brillaban como las estrellas en la oscuridad, y toques de carmesí se entrelazaban como sangre que latía en las venas de la armadura.
En medio del proceso, la figura imponente de Tánatos apareció en la forja, su presencia irradiando oscuridad y majestuosidad. Damocles se arrodilló ante él, rindiendo homenaje a su deidad. "Padre Tánatos, te agradezco por tu bendición en este momento trascendental. Esta armadura será mi armadura de guerra, mi símbolo de lealtad hacia ti y hacia nuestro imperio."
La voz de Tánatos resonó en la mente de Damocles, llena de una intensidad que parecía provenir de lo más profundo del abismo. "Damocles, mi campeón, tu devoción y poder son un tributo a mi esencia. Esta armadura será un escudo y una extensión de tu voluntad. Que proteja tu cuerpo y canalice tu fuerza en la batalla."
Las palabras del dios oscuro resonaron como una promesa oscura y eterna. Damocles asintió, su mirada fija en la armadura que estaba tomando forma ante él. "Te sirvo con lealtad, Tánatos. Mi vida, mi imperio, todo está dedicado a ti."
La armadura finalmente tomó su forma completa, emanando un aura de poder que parecía palpitar en el aire. Damocles se puso la armadura, sintiendo cómo se ajustaba perfectamente a su cuerpo. La conexión con su deidad era palpable, como si Tánatos mismo fluyera a través de cada placa de metal.
El dios oscuro habló una vez más, su voz resonando en la mente de Damocles. "Campeón mío, ve y lleva la oscuridad a tus enemigos. Que esta armadura sea tu armadura de gloria, y que tus victorias sean el tributo a nuestra alianza."
Con la bendición de Tánatos, Damocles se erguió, su armadura negra y dorada brillando con un resplandor ominoso. A medida que abandonaba la forja, un aura de poder y oscuridad lo envolvía, proclamando su estatus como el líder supremo de los Hijos de Tánatos. Sus pasos resonaban como un eco implacable en el corazón de su imperio, y en cada rincón de Ambtachylos, su leyenda crecía como una sombra invencible que anunciaba su llegada.
Cada detalle está meticulosamente elaborado para reflejar la poderosa alianza entre los Hijos de Tánatos y su deidad. El metal negro y dorado domina la apariencia de la armadura, creando un contraste siniestro y regio. Los tonos oscuros se entrelazan con destellos dorados, dando la sensación de que la propia oscuridad está incrustada con fragmentos de riqueza y poder.
Las placas de metal se superponen con un diseño intrincado que recuerda a las alas de un cuervo, un símbolo reverenciado entre los Hijos de Tánatos. El carmesí también hace su aparición en detalles estratégicos, como líneas que serpentean a lo largo de la armadura, simbolizando la sangre derramada en nombre de su deidad. La armadura abraza el cuerpo de Damocles con una silueta imponente, mostrando la fusión de tecnología avanzada y oscura devoción.
El casco es una pieza impresionante por sí misma. Su diseño evoca una criatura infernal, con cuernos retorcidos que se elevan desde la parte superior y una máscara en forma de calavera que oculta su rostro. Los ojos, de un intenso rojo carmesí, brillan con una mirada penetrante y despiadada. La armadura está equipada con numerosos sistemas de interfaz y sensores, que permiten a Damocles tener un control absoluto sobre su entorno y su poder.
En cuanto a Damocles, su estatura es asombrosa y dominante. Mide 3 metros de altura, lo que lo convierte en una presencia formidable en cualquier lugar donde se encuentre. Su figura se alza con una mezcla de majestuosidad y ferocidad, sus rasgos marcados por la intensidad de su conexión con Tánatos. Cada movimiento suyo es calculado y decidido, y su mera presencia inspira temor y respeto en igual medida.
Damocles caminaba con una majestuosidad oscura que imponía respeto y temor. Vestido en armadura negra y adornado con gemas carmesí que brillaban como ascuas ardientes, su mirada era tan penetrante como la misma muerte. El símbolo de Tánatos se alzaba en su pecho, una manifestación visual de la alianza que habían sellado con el dios oscuro.
Sus palabras resonaban en el corazón de su pueblo, inspirando devoción y lealtad inquebrantable. "Somos los Hijos de Tánatos", proclamaba Damocles en su tono oscuro y dominante. "La oscuridad nos guía, el poder nos define. No hay obstáculo que no podamos superar, ni enemigo que no podamos doblegar. Nuestro imperio es la manifestación de la voluntad de Tánatos, y bajo su mirada implacable, nos elevamos hacia la gloria eterna."
El imperio de los Hijos de Tánatos
Año: 200 (ADL)
El Imperio de los Hijos de Tánatos se alza como un monumento a la oscuridad y al poder implacable. Su territorio se extiende a través de vastas extensiones de un mundo que ha sido moldeado por su influencia. El ambiente oscuro y ominoso de su entorno es una manifestación visual de la devoción a su deidad. El cielo suele estar velado por nubes tormentosas, y la tierra está salpicada de paisajes sombríos y desolados. La luz rara vez se filtra a través de las capas de nubes oscuras, lo que contribuye a la atmósfera opresiva que envuelve el imperio.
Los edificios y estructuras se alzan como monumentos a la tecnología oscura y avanzada de los Hijos de Tánatos. Sus formas son angulosas y amenazantes, con torres altas y detalles góticos que evocan un sentido de antigüedad y misterio. La paleta de colores dominantes es el negro y el dorado, que simbolizan su alianza con Tánatos y su deseo de conquistar la oscuridad. Las luces mortecinas y los destellos brillantes de las pantallas tecnológicas crean un contraste escalofriante que parece encapsular la dualidad del imperio.
La sociedad de los Hijos de Tánatos es una estructura rígida y jerárquica, donde el culto a su deidad se entrelaza con el poder político y militar. A pesar de su número relativamente pequeño de un millón, su organización está altamente centralizada bajo el liderazgo indiscutible de Damocles. Las clases sociales son bien definidas, con la élite de guerreros y tecnólogos ocupando las posiciones más altas. La obediencia a Tánatos y la devoción al imperio son inquebrantables, impulsadas por la creencia de que el favor del dios les otorgará aún más poder y conocimiento.
En las calles oscuras y retorcidas de sus ciudades, se pueden escuchar susurros de adoración y reverencia hacia Tánatos. La población vive bajo una mentalidad de sacrificio y lealtad absoluta, dispuesta a darlo todo en el nombre de su dios y su líder. A pesar de la naturaleza oscura de su sociedad, hay un sentido de camaradería entre los Hijos de Tánatos, una sensación de pertenecer a algo más grande que ellos mismos.
Las miradas cargadas de determinación y los gestos marcados por la disciplina son comunes entre los habitantes del imperio. Cada acción se lleva a cabo con un propósito, cada palabra pronunciada con reverencia. "Por Tánatos y por nuestro glorioso imperio" es un lema repetido con devoción y fervor. En las calles oscuras y ominosas, los Hijos de Tánatos avanzan, una fuerza unificada bajo el estandarte del poder oscuro que han abrazado.
LA PRIMERA GRAN BATALLA DEL IMPERIO, LA BATALLA DE DRAKOIRA
Año: 5 (DL)
Donde la oscuridad se cernía como una maldición perpetua, se desató una batalla que haría eco en la memoria de los universos por venir. Los Hijos de Tánatos, fieles a su oscuro credo, se alinearon en formación, una infantería formidable dispuesta a defender su imperio ante la horda demoníaca que los asediaba. El aire vibraba con la tensión y el aroma metálico de la sangre, mientras los Hijos de Tánatos se preparaban para enfrentar a sus enemigos ancestrales.
Las tierras de Ambtachylos, devastadas y empapadas en tinieblas, fueron el escenario de este enfrentamiento épico. El suelo estaba cubierto de cenizas y huesos, un testimonio de las luchas pasadas y las vidas perdidas en esta tierra maldita. Las criaturas demoníacas se contorsionaban y retorcían en las sombras, emitiendo gruñidos y rugidos que resonaban como susurros de condenación.
La batalla comenzó con un estruendo ensordecedor. Damocles, líder supremo y campeón de los Hijos de Tánatos, avanzó con paso firme y decidido. A su lado, Tánatos, la deidad a la que adoraban, irradiaba una presencia imponente que envolvía a sus seguidores en una oscura devoción. Los ojos carmesí de Damocles ardían con intensidad, reflejando el poder que fluía a través de él.
La carnicería en el campo de batalla era lucha entre fuerzas antagónicas, donde cada bando desplegaba sus tácticas y habilidades distintivas. Los demonios, dotados de magia roja y espadas infernales, eran una fuerza imponente. Su habilidad para conjurar hechizos mortales y desencadenar ataques infernales los convertía en adversarios temibles.
Por otro lado, los Hijos de Tánatos, aunque equipados con armas de fuego que podrían parecer primitivas en comparación con las tecnologías galácticas más avanzadas, compensaban esta aparente desventaja con una destreza y determinación incomparables. Su infantería formidable avanzaba con una ferocidad implacable, cada soldado imbuido con la esencia misma de la guerra y la voluntad de su dios. Los Anarqar, portadores de la muerte, manejaban fusiles con precisión letal, mientras que los Thrymnar, vanguardia de la oscuridad, blandían espadas sierras con destreza mortal.
En el otro bando, los Razakites, Xythrians y Pyrothenians representaban una amalgama de astucia, tecnología y poder destructivo. Los Razakites, expertos cazadores de las sombras, acechaban en la maleza con sigilo letal, buscando el momento perfecto para lanzar emboscadas mortales. Los Xythrians, maestros en la construcción del terror, desplegaban trampas ingeniosas y artefactos alquímicos para sembrar el caos entre las filas enemigas. Mientras tanto, los Pyrothenians, envueltos en llamas de destrucción, convertían el campo de batalla en un infierno ardiente, desatando incendios infernales que consumían todo a su paso.
Los Hijos de Tánatos no conocían el miedo, avanzaban con una determinación férrea que desafiaba incluso a la muerte misma. Disparaban sus armas de fuego con precisión letal, sin titubear ante la oscuridad que se cernía sobre ellos. Cada soldado era un guerrero endurecido por años de practica, y en medio del campo de batalla, demostraban una resistencia sobrehumana.
El estruendo de las armas resonaba en el aire, mezclándose con los rugidos de los demonios y el clamor de la batalla. Los Hijos de Tánatos se enfrentaban cuerpo a cuerpo con los enemigos del inframundo, intercambiando golpes y cortes. Sin importar las heridas que recibían, seguían luchando con una ferocidad inquebrantable.
El campo de batalla se teñía de carmesí mientras la sangre fluía como ríos, empapando el suelo y las armaduras por igual. Los cuerpos mutilados yacían como testimonio de la brutalidad del conflicto, pero los Hijos de Tánatos no vacilaban. La muerte era su compañera constante, pero también su motivación para seguir adelante, porque sabían que solo a través del sacrificio y la valentía podrían alcanzar la victoria.
En el corazón mismo del caos, Damocles y el avatar de Tánatos se erguían como auténticas bestias de la muerte, enfrentándose a las hordas demoníacas que los rodeaban. Sus figuras imponentes destacaban en medio del campo de batalla, cada movimiento desatando una devastación implacable sobre sus enemigos. La oscuridad que los envolvía parecía cobrar vida propia, una manifestación tangible de su poderío.
Damocles, con su armadura negra y dorada resplandeciendo bajo la luz mortecina, avanzaba con una ferocidad indomable. Su espada etérea, imbuida con la energía de Tánatos, cortaba a través de las filas demoníacas como un guadañazo mortal. Los demonios caían ante su furia, sus cuerpos retorcidos y desmembrados en una danza grotesca de sangre y vísceras. Sus ojos carmesí ardían con un fuego interior, reflejando la sed de batalla y la oscura devoción que lo impulsaba.
En un instante, Damocles se encontró rodeado por una oleada de demonios desesperados. Se abalanzaron sobre él con garras y colmillos afilados, pero él se movía con una agilidad y velocidad sorprendentes. Las ráfagas de energía morada salían de su espada, desgarrando a los enemigos con un estallido de luz y agonía. Sus movimientos eran una danza letal, una sinfonía de muerte que dejaba a su paso un reguero de cadáveres mutilados.
En un momento impactante, Damocles agarró a uno de los demonios Pyrothenians por el cuello, sus dedos se cerraron alrededor de la garganta de la criatura con una fuerza inhumana. Los ojos del demonio se abrieron en un gesto de terror y agonía mientras luchaba por liberarse. La sangre salpicaba el aire en un arco grotesco cuando Damocles aplastó la tráquea del demonio con un crujido siniestro. Su risa sádica se mezcló con los gritos de los moribundos, un eco macabro que resonaba en el aire enrarecido.
Mientras tanto, el avatar de Tánatos desataba su ira con una intensidad que trascendía la comprensión. Las ráfagas de energía oscura surgían de sus manos, disipando a los demonios con una ferocidad abrumadora. La atmósfera se llenaba con el estruendo de la batalla y el olor acre de la carne quemada. Las llamas magentas danzaban en torno a él.
Los Hijos de Tánatos, imparables en su determinación, avanzaban con una marcha funesta. Cada golpe, cada ráfaga de balas, era un tributo a su devoción a Tánatos y una promesa de venganza por las almas caídas. El campo de batalla se transformó en un escenario de caos y tormenta, donde los Hijos de Tánatos y las fuerzas demoníacas chocaban.
En medio del fragor de la lucha, la tierra quedó empapada en la sangre de los caídos, los cuerpos mutilados y retorcidos formaban montañas grotescas que testificaban sobre la brutalidad del enfrentamiento.
Damocles y el avatar de Tánatos se mantenían firmes, su poder inquebrantable, su sed de victoria palpable en cada movimiento. En el epicentro de la tormenta, eran las personificaciones de la venganza y la oscuridad, una fuerza que no se detendría ante nada hasta que su imperio fuera asegurado y su dios oscuro glorificado.
Finalmente, después de horas que parecieron eternas, la horda demoníaca se retiró, derrotada y desvanecida en la oscuridad de la que había emergido. El campo de batalla, ahora un paisaje de pesadilla, estaba empapado en la sangre de los caídos, un río carmesí que serpentaba entre los cuerpos retorcidos y mutilados. El aire estaba viciado con el olor metálico de la muerte y el hedor de la carne quemada.
Los Hijos de Tánatos habían prevalecido una vez más, pero no sin un alto precio. Sus armaduras, antes imponentes, estaban marcadas por las cicatrices y los desgarros de la batalla. Damocles, erguido en medio del desolado campo, sostenía en su mano aún ensangrentada el cadáver de uno de los demonios. El cuerpo sin vida se balanceaba grotescamente, con su cabeza colgando de un ángulo retorcido.
"La oscuridad no es su aliada, sino su perdición", murmuró Damocles con una voz ronca y llena de un frío desprecio. Su mirada carmesí recorría el campo de batalla, tomando en cuenta cada detalle de la masacre que había tenido lugar. "Este es el precio de desafiar el poder de Tánatos."
El avatar de Tánatos se materializó junto a Damocles, una figura imponente que irradiaba una energía oscura y opresiva. Su voz resonó en la mente de Damocles, un susurro siniestro que hablaba de poder y devoción. "Has demostrado tu valía, mi campeón. La victoria es nuestra una vez más."
Damocles asintió con solemnidad, su mirada aún fija en los restos desgarrados del enemigo. "Luchamos por la supremacía de Tánatos, por la gloria de nuestro imperio. No hay lugar para la debilidad en esta lucha."
El avatar de Tánatos sonrió en respuesta, un gesto que parecía emanar de la misma oscuridad. "Eres un hijo digno, Damocles. Tu fuerza y devoción son un tributo a mi nombre."
Con un movimiento fluido, Damocles dejó caer el cuerpo del demonio y limpió su mano ensangrentada en su armadura. "Esta batalla no ha hecho más que reforzar nuestra determinación. Lucharemos con todo nuestro poder para mantener a Ambtachylos bajo nuestra oscura influencia."
El avatar de Tánatos se desvaneció en la sombra, su presencia retorciéndose en el aire como un eco ominoso. "Así es como debe ser. La muerte y la oscuridad son nuestros aliados más leales. Sigamos extendiendo nuestra sombra en este universo."
Y así, entre los ecos del campo de batalla y el olor a muerte, los Hijos de Tánatos se erguían como los vencedores, una fuerza indomable que luchará sin descanso para afirmar su dominio y satisfacer la sed insaciable de su oscuro dios...
Descripción y apariencia: La Nocturnia MK X es una imponente fortaleza móvil que se alza a 100 metros de altura, con una anchura de 150 metros y una longitud de 100 metros. Su diseño fusiona la estética vikinga con elementos futuristas y oscuros. La estructura está revestida de un metal negro iridiscente con detalles en rojo y morado que resplandecen en la oscuridad. Torretas intimidantes adornan su superficie, y la silueta general evoca la forma de una nave vikinga ultra futurista.
Armamento: La Nocturnia MK X está equipada con una formidable variedad de armamento oscuro. Cuenta con cañones de neutrones que pueden desintegrar materia a nivel molecular, lanzamisiles con cabezas explosivas de plasma corrosivo y rayos láser de alta energía. Además, posee sistemas de lanzadores de sombras, que pueden desorientar y confundir a los sensores enemigos.
Blindaje: El blindaje de la Nocturnia MK X está compuesto por una aleación especial de Udestín, otorgándole una resistencia excepcional a los ataques energéticos y balísticos. Su capa exterior está tratada con nanotecnología que absorbe y dispersa la energía de los impactos.
Motor: Equipada con avanzados motores de impulso gravitacional, la Nocturnia MK X puede desplazarse a velocidades sorprendentes para su tamaño y peso. Puede maniobrar rápidamente en el campo de batalla y es capaz de realizar saltos cuánticos para cambiar de ubicación rápidamente.
Capacidad: La fortaleza puede albergar a una tripulación de hasta 500 personas, incluyendo comandantes, técnicos, y tropas de asalto. Dispone de hangares internos para vehículos de asalto y cazas.
Habilidades: La Nocturnia MK X es capaz de activar un potente escudo energético que la protege de ataques entrantes. Su capacidad de teletransportación le permite cambiar de ubicación estratégica en el campo de batalla, tomando por sorpresa a sus enemigos. Además, puede desplegar unidades de asalto desde sus hangares internos, convirtiéndola en una base de operaciones móvil.
Descripción y apariencia: El Berserker X-7 es un tanque imponente con un diseño que fusiona la estética vikinga con un toque ultra futurista y oscuro. Su estructura de 5 metros de alto, 8 metros de largo y 4 metros de ancho evoca la forma de un drakkar vikingo, pero con líneas más afiladas y detalles tecnológicos. Está pintado en colores oscuros, predominantemente negro, con adornos en rojo y morado que resaltan en la oscuridad. Su superficie está grabada con runas antiguas que brillan con una luz tenue.
Armamento: El Berserker X-7 está armado con un cañón de plasma principal montado en la torreta, capaz de disparar proyectiles de plasma concentrado con gran precisión. Además, lleva lanzagranadas laterales para enfrentar amenazas múltiples. Su sistema de puntería está asistido por inteligencia artificial, lo que mejora significativamente la precisión de sus disparos.
Blindaje: El blindaje del Berserker X-7 está compuesto por una aleación única de Ífero y Vedralí, proporcionando una resistencia excepcional contra diferentes tipos de ataques, incluidos los láseres y proyectiles de plasma. Las placas de nanoacero adicionales aumentan la durabilidad del tanque.
Motor: Equipado con un motor de impulso gravitacional, el Berserker X-7 puede alcanzar velocidades de hasta 140 km/h en terrenos variados. Su capacidad de maniobra es notable, permitiéndole sortear obstáculos y adaptarse rápidamente al terreno.
Capacidad: El Berserker X-7 cuenta con una tripulación de tres personas: conductor, artillero y comandante. Su interior está diseñado ergonómicamente para garantizar comodidad y eficiencia durante las operaciones.
Habilidades: El tanque Berserker X-7 tiene la capacidad de activar un modo de "Furia Vikinga", que aumenta temporalmente su velocidad y potencia de fuego debido a que despierta el alma del demonio que fue sellado en el vehículo. También está equipado con un sistema de camuflaje avanzado que le permite mezclarse con su entorno y acechar a los enemigos.
Descripción y apariencia: El Yggdrasil Vortex 9 es un imponente Templo del Vacío que fusiona la herencia vikinga con una estética futurista y oscura. Con dimensiones de 50 metros de alto, 30 metros de ancho y 30 metros de largo, su estructura recuerda a un templo nórdico adornado con runas y tallas vikingas. Pintado en colores negros, rojos y morados que resaltan su naturaleza sombría, cuenta con detalles luminiscentes que emiten un brillo tenue en la oscuridad. Su presencia evoca una mezcla única de tradición y tecnología avanzada.
Armamento: El Yggdrasil Vortex 9 está equipado con un cañón desestabilizador, capaz de emitir pulsos de energía que pueden interferir y desactivar temporalmente sistemas electrónicos enemigos. Aunque su enfoque principal es la función de apoyo y comunicación, su cañón desestabilizador proporciona una medida de autodefensa.
Blindaje: La estructura del Yggdrasil Vortex 9 está protegida por un blindaje compuesto de una aleación especial de Ífero y Udestín, proporcionando una resistencia excepcional contra diversos tipos de ataques. Además, cuenta con escudos de energía que pueden absorber impactos y proporcionar protección adicional.
Motor: Impulsado por un motor de propulsión gravitacional, el Yggdrasil Vortex 9 es capaz de desplazarse a velocidades moderadas, permitiéndole cambiar rápidamente de posición en el campo de batalla.
Capacidad: La tripulación del Yggdrasil Vortex 9 consiste en cinco personas, que desempeñan roles especializados en comunicación, tecnología, y mantenimiento. Además, puede alojar temporalmente a personal adicional para operaciones específicas.
Habilidades: Los Templos del Vacío tienen la capacidad de activar un sistema de camuflaje avanzado que los vuelve prácticamente invisibles para los sistemas de detección convencionales. También sirven como estaciones de recarga para energías vitales de tropas y vehículos aliados en las proximidades.
Descripción y apariencia: El Draugr Eclipse 77 es un impresionante Crucero de Sangre que fusiona la imponente estética vikinga con la oscura tecnología futurista. Con 300 metros de largo y 80 metros de ancho, su forma recuerda a un drakkar, el barco vikingo, pero con líneas más angulosas y una presencia más amenazante. Pintado en colores negros, rojos y morados, el Draugr Eclipse 77 está adornado con runas y símbolos oscuros, y emite una luz tenue desde su interior, creando una apariencia imponente y siniestra.
Armamento: Equipado con cañones de plasma de última generación y torretas láser distribuidas estratégicamente a lo largo de su estructura, el Draugr Eclipse 77 es capaz de realizar ataques devastadores tanto en el espacio como en la superficie de planetas. Sus sistemas de teletransportación permiten la rápida movilización de tropas terrestres directamente desde la nave.
Blindaje: El blindaje del Draugr Eclipse 77 está compuesto por una mezcla de metales avanzados, incluyendo una variante mejorada de Ífero y Udestín, que le proporciona una resistencia excepcional contra diversos tipos de ataques, desde proyectiles convencionales hasta energía dirigida.
Motor: Impulsado por un sistema de propulsión de antimateria, el Draugr Eclipse 77 puede alcanzar velocidades sorprendentes en el espacio, permitiéndole maniobrar eficientemente durante las batallas.
Capacidad: La tripulación del Draugr Eclipse 77 consta de una tripulación especializada de 150 personas, que gestionan la navegación, los sistemas de armas y las operaciones tácticas. Además, puede transportar hasta 200 unidades de infantería y varios tanques a través de sus sistemas de teletransportación.
Habilidades: Además de su capacidad de teletransportación, el Draugr Eclipse 77 tiene la habilidad de activar un campo de camuflaje avanzado que le permite ocultarse de los sensores enemigos, facilitando emboscadas tácticas y sorpresivas.
Descripción y apariencia: El Skjoldbane Mk-IV, es un vehículo aéreo tiene una presencia imponente con sus 20 metros de altura, 10 metros de ancho y 10 metros de largo. Su diseño se asemeja a una mezcla entre un drakkar vikingo y una máquina de guerra futurista. Está pintado en colores oscuros, predominando el negro, con acentos en rojo y morado que resaltan runas incrustadas en su blindaje. El vehículo cuenta con una proa afilada y una figura esculpida que evoca la imagen de un guerrero vikingo.
Armamento: Equipado con un par de cañones de plasma de largo alcance, los Lanzadores de Almas son capaces de lanzar proyectiles cargados de energía con precisión devastadora. Su sistema de orientación avanzado y la capacidad de penetración del blindaje enemigo los hacen ideales para la destrucción de fortificaciones.
Blindaje: El Skjoldbane Mk-IV está blindado con una combinación de metales resistentes, destacando el Udestín, que ofrece una resistencia sobresaliente contra diversas formas de ataques, desde explosiones hasta energía dirigida.
Motor: Impulsado por un motor de fusión de antimateria, el Skjoldbane Mk-IV puede desplazarse a velocidades tácticas, permitiéndole cambiar rápidamente de posición en el campo de batalla.
Capacidad: El vehículo es operado por una tripulación de tres personas, que se encargan de la navegación, apuntado y mantenimiento. No está diseñado para transportar tropas adicionales.
Habilidades: El Skjoldbane Mk-IV está equipado con un generador de campo de interferencia que puede temporalmente desviar y neutralizar los sistemas de defensa enemigos, permitiendo que los proyectiles de plasma alcancen sus objetivos con mayor eficacia.
Descripción y apariencia: El Níðhöggr Mk-V, tomando su nombre de la serpiente mítica nórdica, es un coloso de 350 metros de largo y 90 metros de ancho que surca el espacio como una bestia oscura. Su diseño, presentando líneas elegantes y una pintura en negro, rojo y morado que resalta grabados rúnicos. Su forma se asemeja a un drakkar estilizado, con detalles en la proa que evocan la cabeza de un dragón.
Armamento: Equipado con una serie de cañones de neutrones de largo alcance y lanzadores de misiles de destrucción masiva, el Níðhöggr Mk-V es capaz de desatar una lluvia de destrucción sobre planetas y defensas enemigas. Sus sistemas de puntería avanzados y su capacidad para lanzar múltiples proyectiles simultáneamente hacen que sea una amenaza formidable en el campo de batalla.
Blindaje: Construido con una aleación única que combina Udestín y Ífero, el Níðhöggr Mk-V presenta una resistencia excepcional a una variedad de ataques, desde impactos de proyectiles hasta energía dirigida.
Motor: Impulsado por un sistema de propulsión de fusión de antimateria, el Níðhöggr Mk-V puede alcanzar velocidades lumínicas, permitiéndole desplazarse rápidamente entre sistemas estelares.
Capacidad: La tripulación del Níðhöggr Mk-V consta de cien personas, incluidos operadores de sistemas, técnicos y personal de apoyo.
Habilidades: Además de su capacidad de ataque devastador, el Níðhöggr Mk-V cuenta con un sistema avanzado de camuflaje que le permite ocultarse de los radares enemigos y emboscar a sus objetivos estratégicos.
Descripción y apariencia: El Helheim Vanguard, imponente en su presencia, se eleva con orgullo en el campo de batalla. Con dimensiones de 60 metros de alto, 80 metros de ancho y 60 metros de largo. Su estructura masiva recuerda a una fortaleza medieval, pero sus superficies están adornadas con patrones rúnicos oscuros y luces tenues en tonos de negro, rojo y morado. La entrada principal presenta una puerta adornada con motivos vikingos, que se abre para revelar el interior fuertemente blindado.
Armamento: Equipado con cañones láser de alta potencia y torres de misiles guiados, el Helheim Vanguard es una fortificación formidable capaz de repeler ataques desde tierra y aire. Sus sistemas de puntería avanzados le permiten apuntar con precisión incluso a objetivos en movimiento rápido.
Blindaje: Construido con una combinación de Ífero y Vedralí, el Helheim Vanguard cuenta con un blindaje que ofrece una protección excepcional contra una amplia gama de amenazas, desde proyectiles hasta ataques de energía.
Motor: Aunque no está diseñado para movimientos rápidos, el Helheim Vanguard tiene sistemas de propulsión internos que permiten su despliegue eficiente en el campo de batalla.
Capacidad: Diseñado para ser operado por una tripulación de veinte personas, el Helheim Vanguard también puede albergar temporalmente a tropas adicionales para defender la fortificación.
Habilidades: Además de su potente armamento, el Helheim Vanguard cuenta con sistemas de escudos energéticos que pueden ser desplegados para resistir ataques intensos. Además, posee estaciones de reparación automática para mantenerse operativo durante períodos prolongados de conflicto.
Descripción y apariencia: El Nidhogg Reaper, con una envergadura de 25 metros y 30 metros de largo, posee una figura aerodinámica y amenazante. Su diseño fusiona la elegancia de un dragón vikingo con la tecnología futurista oscura. La carcasa está revestida con paneles de nanoacero en tonos oscuros, decorados con grabados rúnicos rojos y morados que emanan una luz sutil. Las alas, similares a las de un dragón, están equipadas con bordes afilados y luces pulsantes.
Armamento: Armado con cañones de plasma de alta frecuencia y misiles de precisión, el Nidhogg Reaper puede enfrentarse tanto a amenazas aéreas como a objetivos en tierra. Sus sistemas de puntería avanzados permiten una precisión letal incluso en movimientos rápidos.
Blindaje: El blindaje del Nidhogg Reaper combina aleaciones de Ífero y Vedralí, proporcionando una resistencia excepcional a ataques tanto convencionales como energéticos.
Motor: Equipado con motores de plasma, el Nidhogg Reaper puede alcanzar velocidades impresionantes de 1,500 km/h, permitiéndole maniobrar ágilmente en el espacio aéreo y responder rápidamente a las cambiantes condiciones de combate.
Capacidad: Diseñado para ser operado por un piloto experto, el Nidhogg Reaper es una aeronave monoplaza.
Habilidades: Además de su capacidad ofensiva, el Nidhogg Reaper está equipado con sistemas de camuflaje avanzados que le permiten realizar ataques sorpresa y evadir detección enemiga. También cuenta con dispositivos de interferencia para perturbar las comunicaciones enemigas.
Descripción y apariencia: Estas torres imponentes se elevan con una presencia intimidante, combinando la estética de los vikingos con un toque oscuro y futurista. Con sus líneas afiladas y angulares, la superficie está decorada con inscripciones rúnicas iluminadas en rojo y morado sobre un fondo negro. Su diseño recuerda la proa de un barco vikingo, con detalles intrincados que mezclan tecnología avanzada con la artesanía de antaño.
Armamento: Equipadas con dos cañones de plasma pesado, estos emisores de energía letal pueden disparar ráfagas intensas con una precisión mortal. Los cañones están calibrados para penetrar defensas enemigas y causar estragos en estructuras y vehículos.
Blindaje: El blindaje de las Torres de la Locura está compuesto por una aleación especial de nanoacero y polímeros avanzados. Esta combinación proporciona una resistencia excepcional contra ataques de plasma, láser y proyectiles convencionales.
Motor: Equipadas con propulsores de plasma, las Torres de la Locura pueden desplazarse a velocidades de hasta 50 km/h, lo que les otorga movilidad estratégica en el campo de batalla.
Capacidad: Operadas de forma remota, no requieren tripulantes a bordo. Su interfaz de control permite la gestión desde un centro de comando seguro.
Habilidades: La capacidad de rotación de 360 grados de las torres y su capacidad para apuntar y disparar con una precisión milimétrica las convierte en elementos clave para el apoyo de fuego. Además, están equipadas con sistemas de detección avanzados que les permiten adquirir objetivos y reaccionar rápidamente a amenazas en el campo de batalla.
Descripción y apariencia: Estas unidades especiales tienen una presencia ominosa y distintiva. Su diseño fusiona elementos vikingos. Con una altura de 8 metros y un diámetro de 6 metros, cada Desgarrador de la Realidad está cubierto con una combinación de placas de metal negro y grabados rúnicos en rojo y morado. En el centro, un portal en constante distorsión emite una luz ominosa.
Armamento: Su función principal es la apertura y manipulación de portales. No están diseñados para el combate directo, pero su capacidad para crear atajos tácticos o trampas dimensionales es una herramienta estratégica valiosa.
Blindaje: Aunque no están fuertemente blindados en términos tradicionales, cuentan con campos de energía que los protegen de ataques básicos. Su principal defensa es su capacidad para cambiar de ubicación instantáneamente.
Motor: No se clasifican por velocidad convencional, ya que su movilidad proviene de la manipulación de portales.
Capacidad: Operados de forma remota, no requieren tripulantes. Sin embargo, necesitan ser controlados por operadores expertos en tecnología de distorsión dimensional.
Habilidades: Pueden abrir portales instantáneos en distancias cortas y medianas. Estos portales son inestables y pueden cerrarse rápidamente. Su habilidad principal es crear desorientación en las líneas enemigas y permitir movimientos tácticos sorpresa. Además, tienen un campo de camuflaje que los hace difíciles de detectar cuando no están abriendo un portal.
Descripción y apariencia: Estas naves de asalto tienen una apariencia intimidante que combina elementos vikingos y futuristas. Con 12 metros de longitud y una envergadura de 5 metros, el Fenris-13 está pintado con una combinación de colores negros, rojos y morados, con grabados rúnicos en todo su casco. Su forma evoca la figura de un lobo en vuelo, con detalles en la estructura que recuerdan a las antiguas naves de guerra nórdicas.
Armamento: Equipado con cañones de rayos desintegradores, estos cazadores pueden atravesar escudos y armaduras enemigas con facilidad. También cuentan con misiles de precisión para atacar objetivos específicos.
Blindaje: El Fenris-13 está blindado con una aleación avanzada de metales propios de los Hijos de Tánatos, conocida como Udestín. Esta aleación proporciona una resistencia excepcional a diversos tipos de ataques.
Motor: La velocidad del Fenris-13 alcanza los 10,500 km/h en vuelo atmosférico. Su propulsión lumínica le permite realizar maniobras rápidas y cambios de dirección en el espacio.
Capacidad: Diseñado para una sola tripulación, el piloto tiene acceso a tecnología avanzada de apoyo, como sistemas de reconocimiento y comunicación.
Habilidades: Además de su capacidad para atravesar defensas enemigas, el Fenris-13 puede realizar maniobras evasivas sofisticadas y cuenta con sistemas de camuflaje que le permiten infiltrarse en áreas hostiles sin ser detectado fácilmente.
Descripción y apariencia: Los Nigromantes-50 tienen una presencia imponente en el campo de batalla. Con una altura de 50 metros y 20 metros de ancho, tienen una forma angular que recuerda a antiguos obeliscos vikingos, pero con detalles oscuros y luces rojas y moradas que resaltan su naturaleza futurista. Su superficie está adornada con inscripciones rúnicas brillantes que se iluminan cuando están activos.
Armamento: Equipados con láseres de fusión de alta potencia y sistemas de defensa antiaérea, los Nigromantes-50 pueden disparar haces concentrados de energía para repeler tanto amenazas terrestres como aéreas. Además, cuentan con lanzadores de misiles estratégicamente ubicados para aumentar su versatilidad.
Blindaje: Su estructura está protegida por una combinación de metales avanzados, incluido el Udestín, que proporciona una resistencia excepcional contra una variedad de ataques.
Motor: Al ser estructuras fijas, los Nigromantes-50 no tienen un sistema de propulsión convencional. En su lugar, están equipados con generadores de energía internos que les permiten desplegarse y activarse rápidamente.
Capacidad: No requieren tripulantes. Son controlados de forma remota desde centros de comando avanzados.
Habilidades: Los Nigromantes-50 pueden desplegarse y activarse en cuestión de minutos. Su capacidad de defensa antiaérea es particularmente destacada, siendo capaces de derribar múltiples objetivos simultáneamente. Además, tienen la capacidad de generar campos de energía temporales para proteger unidades aliadas cercanas.
Descripción y apariencia: Los Forjadores Skjold-14 tienen una estética única que combina la robustez de las maquinarias vikingas con una apariencia futurista oscura. Con dimensiones de 8 metros de altura, 5 metros de ancho y 5 metros de longitud, están diseñados con líneas angulares y detalles intrincados. Su coloración principal es negra, acentuada con luces rojas y moradas que iluminan sus articulaciones y zonas de actividad. Su diseño evoca la forma de un guerrero vikingo estilizado.
Armamento: Carecen de armamento ofensivo, ya que su función principal es la construcción y reparación. Sin embargo, están equipados con campos de energía defensivos para protegerse mientras realizan sus tareas.
Blindaje: Construidos con una aleación especial de Udestín y Vedralí, los Forjadores Skjold-14 tienen un blindaje resistente que los protege de ataques ligeros y proporciona durabilidad en el campo de batalla.
Motor: Equipados con motores de propulsión gravitatoria, los Forjadores Skjold-14 pueden desplazarse de manera ágil por terrenos variados. Su velocidad se ajusta según las necesidades de la construcción.
Capacidad: Operan de manera autónoma y no requieren tripulantes. Pueden ser controlados y supervisados a distancia desde una estación central.
Habilidades: Los Forjadores Skjold-14 son expertos en construcción rápida y reparación de estructuras. Utilizan brazos robóticos multifunción para manipular materiales y realizar reparaciones precisas. También pueden desplegar campos de energía temporalmente para proteger áreas vulnerables durante operaciones de construcción o reparación en zonas de combate.
Descripción y apariencia: Los Anarqar son soldados de infantería sin una armadura de combate especializada, con una apariencia reconocible. Visten armaduras negras con decoraciones moradas. Sus cascos tienen un aspecto intimidante, con cuernos curvos y ojos brillantes que emiten una luz púrpura. En sus espaldas despliegan unas alas negras, evocando la imagen de criaturas de la noche que surcan los cielos. Portan fusiles de neutrones "Oscuridad Eterna", armas temibles que desatan ráfagas de rayos morados capaces de desgarrar la carne y el alma de sus víctimas.
Armamento: Cada Anarqar está equipado con un fusil de neutrones "Oscuridad Eterna", un arma devastadora que emite ráfagas de rayos morados capaces de penetrar las defensas enemigas y causar estragos entre las filas enemigas. Y para corta distancia llevan cuchillos de plasma en el cinturón.
Blindaje: Las armaduras "Anarqar" están hechas de una aleación de Titanio y Vedralí. Este blindaje proporciona una protección excepcional contra los ataques enemigos, permitiendo a los Anarqar avanzar implacablemente hacia el frente de batalla sin temor a sufrir daños graves.
Motor: Los Anarqar son extremadamente ágiles y veloces, tanto en tierra como en el aire. A pie, pueden correr a velocidades impresionantes de hasta 180 km/h, mientras que en vuelo pueden alcanzar velocidades de hasta 220 km/h.
Capacidad: Los Anarqar generalmente operan en escuadrones de veinte miembros, trabajando en estrecha coordinación para maximizar su eficacia en el combate.
Habilidades: Además de su formidable armamento y blindaje, los Anarqar poseen habilidades especiales que los hacen aún más mortíferos en combate. Son maestros en el arte del sigilo y la infiltración, capaces de moverse sin ser detectados y sorprender a sus enemigos desde la oscuridad.
Descripción y apariencia: Los portadores de la armadura "Thrymnar" son soldados de elite con una apariencia aterradora. Visten armaduras delgadas y esbeltas impregnadas de nanotecnología, que les brindan una protección casi invulnerable. Estas armaduras tienen un diseño que evoca la estética vikinga, con detalles en negro y luces moradas que resaltan su conexión con la magia negra de Tánatos.
Armamento: Cada Thrymnar porta una "Espada Etérea", una arma imbuida en magia negra capaz de desgarrar el tejido de la realidad y causar estragos entre las filas enemigas. Estas espadas son letales en combate cuerpo a cuerpo y otorgan a los Thrymnar una ventaja decisiva en el enfrentamiento directo con sus enemigos. Además, llevan escudos de plasma que les proporcionan protección adicional frente a los ataques enemigos
Blindaje: Las armaduras de los Thrymnar están fabricadas con Titanio y Udestín impregnados de nanotecnología, lo que les otorga una resistencia excepcional a los ataques enemigos.
Motor: Los Thrymnar son extremadamente rápidos y ágiles, tanto en tierra como en el aire. A pie, pueden correr a velocidades impresionantes de hasta 190 km/h, mientras que en vuelo pueden alcanzar velocidades aún mayores de hasta 240 km/h.
Capacidad: Los Thrymnar generalmente operan en pequeñas unidades de élite, cada unidad está compuesta por un número variable de soldados, dependiendo de las necesidades tácticas y estratégicas de la misión.
Habilidades: Además de su formidable armamento y blindaje, los Thrymnar poseen habilidades especiales que los hacen aún más peligrosos en combate. Son expertos en el combate cuerpo a cuerpo, capaces de desatar ráfagas de ataques devastadores con sus Espadas Etéreas imbuidas en magia oscura. Su velocidad y agilidad les permiten moverse con rapidez y destreza en el campo de batalla, superando a sus enemigos con facilidad y eficacia.
Descripción y apariencia: Los Zygorian son soldados de aspecto intimidante. Su armadura, conocida como "Armadura Zygorian", está diseñada con un estilo que recuerda al vikingo, con colores predominantes en negro y decoraciones en morado. La armadura está equipada con tecnología de camuflaje óptico que les permite desvanecerse en la oscuridad, volviéndolos prácticamente invisibles para emboscar a sus enemigos. Sus cuchillas retractables "Garras de la Oscuridad", destellan en un púrpura ominoso cuando emergen de las sombras para segar vidas desprevenidas.
Armamento: Cada Zygorian porta un par de cuchillas retractables llamadas "Garras de la Oscuridad", imbuidas en energía que destella en purpura. Estas cuchillas son letales en combate cuerpo a cuerpo y pueden cortar fácilmente a través del Vedralí.
Blindaje: La "Armadura Zygorian" está fabricada con Imperialita y nanotubos de carbono, proporcionando una protección sólida contra los ataques enemigos. Además, está equipada con tecnología de camuflaje óptico que les permite desaparecer de la vista enemiga, brindándoles una ventaja táctica significativa en el campo de batalla.
Motor: Los Zygorian son rápidos y ágiles tanto en tierra como en el aire. A pie, pueden correr a velocidades impresionantes de hasta 200 km/h, mientras que en vuelo pueden alcanzar velocidades aún mayores de hasta 260 km/h.
Capacidad: Los Zygorian suelen operar en pequeñas unidades de infiltración, asesinato silencioso y espionaje. Cada unidad está compuesta por un número variable de soldados, dependiendo de las necesidades tácticas y estratégicas de la misión.
Habilidades: Los Zygorian son maestros del camuflaje óptico y la infiltración. Utilizan su capacidad para volverse invisibles en la oscuridad para emboscar a sus enemigos y sembrar el terror entre las filas enemigas. Su velocidad y agilidad les permiten moverse rápidamente por el campo de batalla y realizar ataques sigilosos desde cualquier dirección. Además, son expertos en el combate cuerpo a cuerpo, utilizando sus Garras de la Oscuridad para infligir daño letal a sus oponentes.
Descripción y apariencia: Los Vortarian son imponentes, vestidos con la "Armadura Vortarian", una armadura de batalla de gran tamaño que refleja la furia de los elementos de la magia negra. Con colores predominantes en negro y luces o decoraciones moradas que resaltan su naturaleza mística y siniestra. La armadura tiene una altura de aproximadamente 4.5 metros y una anchura y longitud que proporcionan una presencia intimidante en el campo de batalla haciéndolo ver como un coloso de guerra.
Armamento: Cada Vortarian porta el "LNT-2", una versión adaptada del lanzagranadas "Lanzagranadas Nocturno", que está adherida a su armadura. Este arma desata explosiones destructivas capaces de diezmar a los enemigos con su potencia de fuego devastadora. Además del LNT-2, algunos Vortarian también están equipados con 2 cañones de plasma en los hombros y un lanzallamas en cada brazo, para una mayor versatilidad en el campo de batalla.
Blindaje: La "Armadura Vortarian" está fabricada con metales alienígenas de una resistencia excepcional, proporcionando una protección impenetrable contra los ataques enemigos. Está imbuida de magia negra y potenciada por reactores de tecnología avanzada, lo que la hace extremadamente resistente y capaz de resistir incluso los ataques más poderosos.
Motor: Son unidades totalmente terrestres por lo que son incapaces de volar, mientras que a pie, la velocidad se disminuye ya que son unidades a distancia, pueden alcanzar velocidades de hasta 120 km/h.
Capacidad: Los Vortarian son soldados de élite que operan en unidades tácticas especializadas. Cada unidad puede estar compuesta por un número variable de miembros, dependiendo de las necesidades de la misión. Trabajan en estrecha coordinación para aprovechar al máximo su armamento y habilidades especiales, llevando a cabo ataques coordinados y estratégicos contra sus enemigos.
Habilidades: Los Vortarian son capaces de controlar el clima con los "Reactores Vortarian" de sus armaduras ubicados en sus espaldas, siendo uno por unidad, lo que les permite manipular los elementos naturales para sembrar la confusión y el caos entre las filas enemigas. Además, su armamento pesado y su resistente armadura los convierten en una fuerza formidable en el campo de batalla, capaz de enfrentarse a cualquier amenaza con ferocidad y determinación.
Descripción y apariencia: Los Malkorian son soldados imponentes vestidos con la "Armadura Malkorian", la más grande de todas las armaduras de batalla utilizadas por los Hijos de Tánatos, salvo los caminantes. Con colores predominantes en negro y luces o decoraciones moradas que resaltan su aura ominosa. La armadura tiene una altura de aproximadamente 5 metros y una anchura y longitud que sugieren una presencia imponente en el campo de batalla.
Armamento: Cada Malkorian porta un "Martillo de Forja", un rifle de precisión que emite proyectiles de neutrones capaces de perforar corazones y mentes. Estas armas son letales en manos de los Malkorian, quienes son maestros en el arte del sigilo y la emboscada táctica. Además del Martillo de Forja, llevan en la otra mano una "Diente de Youzal" una espada que los vuelve muy versatiles a distancia y cuerpo a cuerpo.
Blindaje: La "Armadura Malkorian" está construida con Imperialita y Udestín, reforzada con placas de nanotecnología y nanotubos de carbono que la hacen casi impenetrable frente a los ataques enemigos. Esta armadura proporciona una protección superior a la de cualquier otra unidad terrestre, permitiendo a los Malkorian avanzar sin temor en medio del campo de batalla.
Motor: Los Malkorian están equipados con los reactores "Nidhogg", dispositivos de teletransporte que les permiten aparecer en el campo de batalla en un instante con un radio maximo de 70 metros. Estos reactores también proporcionan energía adicional para impulsar sus vuelos aéreos hasta 240 km/h y aumentar su velocidad en tierra hasta 200 km/h, convirtiéndolos en una fuerza extremadamente rápida y letal.
Capacidad: Los Malkorian operan generalmente en pequeñas unidades de infiltración y ataque, adaptándose a diversas situaciones tácticas en el campo de batalla. Su capacidad para desaparecer y reaparecer rápidamente les permite llevar a cabo emboscadas sorpresa y ataques relámpago, sembrando el caos entre las filas enemigas.
Habilidades: Los Malkorian son maestros en el arte de la guerra de guerrillas y el combate sigiloso. Utilizan su capacidad de teletransporte para aparecer y desaparecer en el campo de batalla, confundiendo y aterrorizando a sus enemigos. Además, su habilidad para infligir daño letal a distancia con el "Martillo de Forja" los convierte en una amenaza formidable para cualquier oponente que se atreva a desafiarlos.
Tipo de arma: Fusil de Asalto de Neutrones
Funcionamiento: Oscuridad Eterna es un fusil de asalto avanzado que utiliza tecnología de neutrones para lanzar haces concentrados de energía letal. Funciona mediante un acelerador de partículas interno que genera los haces de neutrones, los cuales son canalizados a través del cañón de la arma y disparados hacia el objetivo con precisión letal.
Apariencia: Oscuridad Eterna tiene una apariencia imponente y amenazadora, con una estructura robusta y elegante. Su diseño está inspirado en la estética vikinga, con grabados rúnicos en negro profundo y luces moradas intermitentes que recorren su superficie. El cañón es largo y afilado, mientras que el cuerpo del fusil está adornado con motivos escandinavos intrincados.
Capacidad de daño: Oscuridad Eterna es capaz de atravesar una amplia gama de materiales, incluyendo armaduras reforzadas y estructuras metálicas. Los haces de neutrones generan reacciones nucleares en los objetivos, causando una explosión interna que desintegra el tejido orgánico y funde el metal. Los enemigos impactados sufren daños catastróficos e incluso la desintegración completa.
Velocidad de disparo: La velocidad de disparo de Oscuridad Eterna es impresionante, con la capacidad de disparar haces de neutrones a una velocidad de hasta 900 disparos por minuto, lo que garantiza una devastación constante en el campo de batalla.
Disparos por cartucho: Cada cartucho de Oscuridad Eterna contiene aproximadamente 150 disparos, lo que proporciona una cantidad considerable de munición antes de necesitar una recarga.
Calibre específico: El calibre de los haces de neutrones generados por Oscuridad Eterna es de 4 mm, lo que garantiza una penetración profunda y una dispersión mínima de la energía.
Tamaño específico del arma: Oscuridad Eterna tiene una anchura de 15 cm, una longitud de 120 cm y un peso de 8 kg. Aunque es relativamente ligera para su potencia de fuego, su diseño ergonómico permite que sea manejada con facilidad incluso en combate cuerpo a cuerpo.
Sobre el arma en sí: Oscuridad Eterna es considerada el arma emblemática de los Hijos de Tánatos, una raza guerrera y temible conocida por su ferocidad en combate. Forjada en los yunques de la oscuridad eterna, esta arma representa el poder y la brutalidad de los Hijos de Tánatos en la lucha contra sus enemigos. Los guerreros que la portan son reverenciados como campeones de la muerte, capaces de sembrar la destrucción con cada disparo de su temible fusil de asalto de neutrones.
Tipo de arma: Fusil de Neutrones
Funcionamiento: El Colmillo de Tánatos utiliza una avanzada tecnología de neutrón-aceleración para generar proyectiles de energía letal. Funciona mediante la ionización de partículas neutras y su posterior aceleración a través de un cañón magnético, lo que resulta en disparos de alta velocidad y potencia.
Apariencia: El Colmillo de Tánatos tiene una apariencia imponente y robusta, diseñada para ser manejada por los gigantescos Caminantes de los Hijos de Tánatos. Su estructura principal está compuesta de un metal negro resistente, adornado con grabados rúnicos en tonos morados que resaltan en la oscuridad. La forma del arma es alargada y musculosa, con líneas agresivas que reflejan la ferocidad de su portador.
Capacidad de daño: El Colmillo de Tánatos es capaz de atravesar fácilmente materiales como acero reforzado, concreto armado y aleaciones metálicas avanzadas. Al impactar, los proyectiles de energía liberan una onda de choque devastadora que puede desintegrar a los enemigos y causar daños estructurales significativos.
Velocidad de disparo: La velocidad de disparo del Colmillo de Tánatos es impresionante, permitiendo a los Caminantes descargar una ráfaga de energía cada 5 segundos.
Disparos por cartucho: Cada cartucho de energía del Colmillo de Tánatos contiene suficiente carga para disparar 10 veces antes de necesitar una recarga.
Calibre específico: El calibre de los proyectiles de energía generados por el Colmillo de Tánatos es de 50 mm, lo que garantiza una penetración profunda y una devastación masiva al impactar.
Tamaño específico del arma: El Colmillo de Tánatos tiene una anchura de 60 cm, una longitud de 3 metros y un peso impresionante de 500 kg. Su tamaño colosal lo convierte en un arma formidable que solo los gigantescos Caminantes de los Hijos de Tánatos pueden manejar con facilidad.
Tipo de arma: Garra Mecánica
Funcionamiento: La Garra de Tánatos es una arma cuerpo a cuerpo mecánica diseñada para los gigantescos Caminantes de los Hijos de Tánatos. Funciona mediante un sistema hidráulico avanzado que potencia los movimientos de agarre y trituración.
Apariencia: La Garra de Tánatos tiene una apariencia intimidante y robusta. Está construida con metal negro forjado con intrincados grabados que evocan la estética vikinga. La garra en sí tiene un diseño afilado y curvado, similar a las garras de un ave de presa, con bordes dentados que indican su capacidad para desgarrar a los enemigos.
Capacidad de daño: La Garra de Tánatos es capaz de atravesar fácilmente materiales como acero reforzado y concreto. Su poder de trituración le permite destrozar vehículos blindados y desgarrar la armadura de unidades enemigas con facilidad.
Velocidad de disparo: Aunque no dispara proyectiles, la Garra de Tánatos puede ejecutar movimientos rápidos y precisos, permitiendo a los Caminantes atacar a múltiples objetivos en rápida sucesión.
Disparos por cartucho: La Garra de Tánatos no utiliza cartuchos; su energía es suministrada directamente por el sistema hidráulico integrado en los Caminantes.
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: La Garra de Tánatos tiene una anchura de 16 centímetros por cada dedo, una longitud de 1 metro y un peso imponente de 200 kg. Su tamaño masivo es proporcional al gigantesco marco de los Caminantes.
Sobre el arma en sí: La Garra de Tánatos es una manifestación física del poder de los Hijos de Tánatos en el campo de batalla. Su uso es simple pero efectivo: los Caminantes avanzan hacia sus enemigos y, con un poderoso movimiento, agarran y destrozan vehículos, edificios y unidades enemigas. Además de su función destructiva, las garras también están adornadas con símbolos rúnicos que, según la leyenda de los Hijos de Tánatos, aumentan el miedo en el corazón de sus adversarios.
Tipo de arma: Hacha de Plasma
Funcionamiento: El Fulgor del Crepúsculo utiliza tecnología de plasma para generar una hoja de energía ardiente que puede cortar a través de casi cualquier material con facilidad. Funciona mediante la ionización y la supercalentamiento de un gas especial, que luego es proyectado a través de un campo magnético para formar la hoja de plasma.
Apariencia: El Fulgor del Crepúsculo tiene una apariencia imponente y majestuosa, inspirada en la estética vikinga y escandinava. Su hoja de plasma tiene un color púrpura intenso que brilla con una luz ardiente, rodeada por un campo de energía negro oscuro que resalta su letalidad. El mango del hacha está adornado con intrincadas decoraciones rúnicas en tonos de plata y oro, que acentúan su origen ancestral.
Capacidad de daño: El Fulgor del Crepúsculo es capaz de atravesar fácilmente materiales como el acero reforzado y las aleaciones de titanio. Al impactar, la hoja de plasma causa daños devastadores en los objetivos, cortando a través de ellos con una precisión letal.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: El Fulgor del Crepúsculo tiene una hoja de plasma con un ancho de unos 90 centímetros y una longitud de 50 centímetros. El tamaño del arma en su totalidad, incluido el mango, es de aproximadamente 1.2 metros de largo y pesa alrededor de 28 kilogramos.
Tipo de arma: Fusil de Asalto de Neutrones
Funcionamiento: El Lamento de Tánatos utiliza avanzada tecnología de neutrones para lanzar proyectiles energéticos altamente destructivos. Funciona mediante la ionización y aceleración de partículas subatómicas a través de un sistema de campos magnéticos, lo que genera haces de energía concentrada capaces de desintegrar prácticamente cualquier material.
Apariencia: El Lamento de Tánatos tiene una estética intimidante y majestuosa, similar a la cultura vikinga y adornada con elementos tecnológicos avanzados. Su estructura principal está construida con un metal oscuro, adornado con intrincados grabados. Las luces moradas destellan a lo largo de sus contornos.
Capacidad de daño: El Lamento de Tánatos es capaz de atravesar una amplia variedad de materiales, desde armaduras reforzadas hasta vehículos blindados. Los proyectiles de energía causan daños masivos al impactar en el objetivo, desintegrando el tejido y provocando mini-explosiones devastadoras.
Velocidad de disparo: La velocidad de disparo del Lamento de Tánatos es impresionante, con la capacidad de lanzar proyectiles de energía a una velocidad de hasta 1000 disparos por minuto, lo que garantiza una rápida supresión de fuego en el campo de batalla.
Disparos por cartucho: Cada cartucho del Lamento de Tánatos contiene aproximadamente 300 proyectiles de energía, lo que proporciona una cantidad considerable de munición antes de necesitar una recarga.
Calibre específico: El calibre de los proyectiles de energía generados por el Lamento de Tánatos es de 7 mm, lo que garantiza una penetración profunda y una dispersión mínima de la energía.
Tamaño específico del arma: El Lamento de Tánatos tiene una anchura de 25 cm, una longitud de 150 cm y un peso de 15 kg.
Tipo de arma: Fusil de Asalto de Neutrones
Funcionamiento: Crepúsculo Eterno es un fusil de asalto de alta tecnología que utiliza la energía de neutrones para disparar potentes haces de partículas subatómicas. Funciona mediante un proceso de ionización de materiales específicos dentro del arma, lo que permite la generación y canalización de los haces de neutrones hacia el objetivo.
Apariencia: Crepúsculo Eterno tiene un diseño imponente y agresivo, similar a la estética vikinga y combinado con elementos de tecnología avanzada. Su estructura principal está hecha de metal oscuro con detalles grabados que recuerdan a las runas escandinavas. Las luces moradas resplandecen a lo largo de su superficie.
Capacidad de daño: Los haces de neutrones generan reacciones nucleares al impactar en el objetivo, causando una devastación interna y externa significativa. Los enemigos impactados sufren daños extremos y pueden ser desintegrados por completo.
Velocidad de disparo: La velocidad de disparo de Crepúsculo Eterno es impresionante, con la capacidad de lanzar haces de neutrones a una velocidad de hasta 800 disparos por minuto, lo que garantiza una rápida eliminación de objetivos en el campo de batalla.
Disparos por cartucho: Cada cartucho de Crepúsculo Eterno contiene aproximadamente 200 disparos, lo que proporciona una cantidad considerable de munición antes de necesitar una recarga.
Calibre específico: El calibre de los haces de neutrones generados por Crepúsculo Eterno es de 5 mm, lo que garantiza una penetración profunda y una dispersión mínima de la energía.
Tamaño específico del arma: Crepúsculo Eterno tiene una anchura de 20 cm, una longitud de 130 cm y un peso de 10 kg. A pesar de su tamaño imponente, está diseñada ergonómicamente para ser manejada por un guerrero de los Hijos de Tánatos con facilidad y destreza en el campo de batalla.
Tipo de arma: Espada de Plasma
Funcionamiento: Funciona mediante la generación de una hoja de plasma, alimentada por un reactor central en el mango, que puede cortar a través de la materia con facilidad.
Apariencia: La Espada Nocturna tiene una hoja de plasma ligeramente purpura. Su mango está adornado con runas antiguas grabadas en un metal oscuro y retorcido, que recuerda a los de los diseños vikingos. Las decoraciones en tonos morados y luces purpuras intermitentes a lo largo de la espada crean un aura misteriosa.
Capacidad de daño: La Espada Nocturna es capaz de atravesar fácilmente materiales como el acero reforzado y las aleaciones de titanio.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: La hoja de plasma de la Espada Nocturna tiene una anchura de unos 20 centímetros y una longitud de 1.4 metros. El tamaño total del arma, incluido el mango, es de aproximadamente 1.7 metros de largo y su peso es de 20 kilos, lo que permite una fácil manipulación en combate.
Sobre el arma en sí: La Espada Nocturna es considerada un objeto de gran poder entre los Hijos de Tánatos, siendo utilizada solo por los guerreros más destacados y dedicados al servicio de su deidad.
Tipo de arma: Cuchillas retráctiles de Plasma
Funcionamiento: La Garra de la Oscuridad funciona mediante un sistema hidráulico y eléctrico integrado en los brazos de los Hijos de Tánatos. Cuando se activa, las cuchillas de plasma emergen de los brazos del usuario, listas para el combate. El sistema está diseñado para responder al movimiento natural de los brazos del portador.
Apariencia: La Garra de la Oscuridad presenta una estructura negra y robusta, con detalles en tonos morados que resaltan en la oscuridad. Las cuchillas de plasma, al emerger, brillan con un resplandor violeta intenso. Los contornos de la Garra están decorados con símbolos rúnicos en relieve.
Capacidad de daño: Las cuchillas retráctiles de la Garra de la Oscuridad son capaces de atravesar fácilmente materiales como el titanio y Vedralí. El plasma ardiente que emiten inflige graves quemaduras y daños a los tejidos biológicos y cicatriza las heridas al instante.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: Las cuchillas de plasma tienen una longitud de aproximadamente 80 centímetros cada una. El tamaño total de la Garra de la Oscuridad varía según las dimensiones del usuario, pero generalmente tiene una anchura de 15 centímetros y una longitud de 80 centímetros. El peso es mínimo (5 kilos), ya que está diseñado para integrarse perfectamente con los brazos del portador.
Tipo de arma: Espada Encantada.
Funcionamiento: El Sombrío Filo de Tánatos funciona principalmente como una espada convencional, pero está Encantada con la oscura magia de Tánatos, lo que le confiere habilidades sobrenaturales. Esta magia negra otorga a la espada una mayor capacidad de corte y una resistencia sobrenatural, permitiéndole atravesar materiales más duros con facilidad.
Apariencia: El Sombrío Filo de Tánatos tiene una hoja negra como la noche, elaborada con Imperialita. La hoja está decorada con grabados rúnicos morados que brillan débilmente en la oscuridad. El mango de la espada está envuelto en cuero negro trenzado, con incrustaciones de gemas moradas que emiten una tenue luz. En la guarda de la espada, se encuentra tallado el símbolo de Tánatos, el dios de la locura.
Capacidad de daño: El Sombrío Filo de Tánatos es capaz de atravesar fácilmente armaduras de acero reforzado y escudos, así como carne y hueso. La magia negra imbuida en la espada aumenta su poder de corte, lo que le permite infligir graves heridas a sus oponentes con cada golpe. Además, la magia oscurece las heridas, haciendo que la curación sea más difícil para aquellos que las sufren.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: La hoja del Sombrío Filo de Tánatos tiene una longitud de aproximadamente 90 centímetros y un grosor de unos 5 centímetros en su punto más ancho. El tamaño total de la espada varía según las preferencias del usuario, pero suele ser manejable por un guerrero bien entrenado.
Tamaño específico del arma: El ancho de la hoja del Sombrío Filo de Tánatos es de aproximadamente 5 centímetros, mientras que la longitud total de la espada, incluido el mango, es de alrededor de 110 centímetros. A pesar de su apariencia imponente, el peso de la espada es sorprendentemente ligero (2 kilos), lo que permite una mayor maniobrabilidad en combate.
Sobre el arma en sí: El Sombrío Filo de Tánatos es un arma reverenciada entre los Hijos de Tánatos, considerada una reliquia sagrada imbuida con el poder del dios de la muerte. Se dice que solo los guerreros más valientes y devotos tienen el honor de portar esta espada, y aquellos que lo hacen son temidos y respetados en igual medida en el campo de batalla.
Tipo de arma: Rife de Neutrones de precisión especializada para la armadura Malkorian.
Funcionamiento: El Martillo de Forja es un arma de energía de neutrones que funciona mediante la liberación controlada de partículas subatómicas altamente energéticas. Estas partículas son aceleradas a velocidades cercanas a la luz y dirigidas hacia el objetivo, causando una explosión de energía al impactar.
Apariencia: El Martillo de Forja tiene un diseño imponente y oscuro, acorde con el estilo "DieselPunk vikingo" de los Hijos de Tánatos. Está forjado en metal negro mate con detalles en púrpura brillante que resaltan su aura ominosa. La estructura del arma es robusta y pesada, con grabados rúnicos en relieve que recorren su longitud.
Capacidad de daño: El Martillo de Forja es capaz de atravesar fácilmente la mayoría de los materiales, incluyendo metales pesados y blindajes avanzados. Al impactar, genera una explosión de energía de neutrones que desintegra cualquier objetivo en su camino, causando daños catastróficos a todo lo que esté cerca.
Velocidad de disparo: El Martillo de Forja puede disparar a una velocidad de 600 disparos por minuto, haciéndolo efectivo contra hordas de enemigos.
Disparos por cartucho: El Martillo de Forja no utiliza cartuchos de munición convencionales, ya que se alimenta de una fuente de energía interna en la Armadura Malkorian, pero puede disparar hasta 40,000 veces antes de agotarse.
Calibre específico: Tiene un calibre de 9 mm.
Tamaño específico del arma: El Martillo de Forja tiene dimensiones impresionantes, con una anchura de 60 centímetros y longitud de 2 metros. Su peso es de 90 kilos.
Diente de Youzal
Tipo de arma: Espada de plasma especializada para la Armadura Malkorian.
Funcionamiento: El Diente de Youzal funciona mediante la generación y contención de plasma supercalentado en su hoja, que se activa mediante un interruptor incorporado en el mango. Cuando se activa, el plasma se proyecta hacia afuera, formando una hoja de energía ardiente y mortal que puede cortar a través de materiales con facilidad.
Apariencia: Diente de Youzal tiene un aspecto imponente y amenazador. Su hoja está hecha de plasma ardiente, con un color morado oscuro que resalta su aura ominosa. El mango de la espada está envuelto en metal negro y adornado con grabados rúnicos que parecen emanar un brillo morado. La estructura de la espada tiene un diseño vikingo, con curvas elegantes y líneas afiladas que sugieren una belleza brutal.
Capacidad de daño: El Diente de Youzal es capaz de atravesar una amplia variedad de materiales, incluyendo metales, tejidos orgánicos y otros materiales de armadura. Su hoja de plasma supercalentada puede infligir quemaduras severas y cortes profundos a cualquier enemigo y material que se cruce en su camino.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: El Diente de Youzal tiene una longitud de aproximadamente 2 metros, con una hoja de plasma que mide alrededor de 1,5 metros. El peso de la espada es de 24 kilos.
Sobre el arma en sí: El Diente de Youzal es un símbolo de poder y destreza en combate para los Malkorian, los Nómadas de la Guerra. Se utiliza principalmente en combate cuerpo a cuerpo, donde su hoja de plasma ardiente puede cortar a través de las defensas enemigas con facilidad. Los guerreros Malkorian entrenan durante años para dominar el arte del manejo de la Hoja de Youzal, y aquellos que lo hacen se convierten en verdaderos maestros de la espada.
Tipo de arma: Lanzagranadas
Funcionamiento: El Lanzagranadas Nocturno funciona mediante un mecanismo de propulsión que impulsa los proyectiles explosivos hacia el objetivo deseado.
Apariencia: El Lanzagranadas Nocturno tiene una apariencia intimidante y elegante al mismo tiempo. Su estructura principal está hecha de metal negro resistente, adornado con grabados rúnicos en tonos morados que parecen brillar en la oscuridad. Las luces LED de color morado resaltan en diferentes partes del arma, proporcionando un aspecto misterioso. La parte delantera del arma está equipada con un tambor giratorio que contiene los proyectiles explosivos.
Capacidad de daño: Los proyectiles explosivos del Lanzagranadas Nocturno están diseñados para atravesar una amplia variedad de materiales, incluyendo acero reforzado y obviamente materiales de blindaje ligero. El estallido resultante produce una onda de choque devastadora que puede desmembrar a los enemigos cercanos y causar daños importantes en estructuras.
Velocidad de disparo: El Lanzagranadas Nocturno puede disparar proyectiles explosivos a una velocidad de 12 disparos por minuto.
Disparos por cartucho: El tambor giratorio del Lanzagranadas Nocturno puede contener hasta 8 proyectiles explosivos.
Calibre específico: El calibre de los proyectiles explosivos del Lanzagranadas Nocturno es de 50 mm.
Tamaño específico del arma: El Lanzagranadas Nocturno tiene una anchura de aproximadamente 35 centímetros, una longitud de 90 centímetros y un peso de alrededor de 30 kilogramos, lo que lo hace manejable para un soldado de los Hijos de Tánatos.
Tipo de arma: Garras de Plasma
Funcionamiento: Las Garras de la Lujuria funcionan mediante un sistema de generación y canalización de plasma controlado por la tecnología de los Hijos de Tánatos. Cuando se activan, emiten un campo de energía que envuelve los dedos del usuario, creando garras retráctiles de plasma altamente letales.
Apariencia: Los Guanteletes de la Lujuria tienen una estructura robusta y elegante al mismo tiempo. Están hechos de un metal negro resplandeciente, adornado con grabados rúnicos morados que parecen arder con una luz interna. En la parte superior de los guanteletes, los dedos están cubiertos por garras retráctiles afiladas, formadas por plasma concentrado que emite un resplandor violeta intenso.
Capacidad de daño: Las Garras de la Lujuria son capaces de atravesar fácilmente la carne, el hueso y el acero ligero. Su plasma supercalentado puede fundir metales con relativa facilidad y causar daños graves en los enemigos, dejándolos desangrados y destrozados.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: Los Guanteletes de la Lujuria tienen una anchura de aproximadamente 15 centímetros y una longitud de 30 centímetros. Cada uno pesa alrededor de 5 kilogramos, lo que los hace manejables para el portador, pero lo suficientemente pesados como para proporcionar un golpe contundente en combate.
Tipo de arma: Cuchillas de Plasma
Funcionamiento: Las Cuchillas del Éxtasis funcionan mediante un sistema de generación y canalización de plasma controlado por la tecnología de los Hijos de Tánatos. Están atadas a las muñecas de los guerreros, y cuando se activan, emiten un campo de energía que forma las cuchillas en forma de hojas curvadas.
Apariencia: Las Cuchillas del Éxtasis tienen una estructura elegante pero letal. Están forjadas en un metal oscuro, con detalles ornamentales grabados en morado brillante. Las cuchillas en forma de hojas curvadas están imbuidas de un resplandor violeta intenso cuando se activan, emanando una sensación de poder y brutalidad.
Capacidad de daño: Las Cuchillas del Éxtasis son lo suficientemente afiladas como para cortar a través de la armadura más resistente. Su plasma supercalentado puede atravesar fácilmente el acero y otros materiales sólidos, causando daños graves a quien reciba un golpe. Cada corte deja un rastro de destrucción y desangre en su camino.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: Las Cuchillas del Éxtasis tienen una longitud de aproximadamente 40 centímetros cada una y una anchura de 15 centímetros. Son lo suficientemente ligeras para ser manejadas con agilidad en combate, pero lo bastante robustas como para infligir daños letales.
Tipo de arma: Látigos de Plasma
Funcionamiento: Los Látigos del Dolor utilizan tecnología de plasma para generar cintas flexibles que terminan en látigos con puntas metálicas afiladas. Estos látigos son controlados por los guerreros de los Hijos de Tánatos y pueden ser activados y desactivados según la voluntad del portador.
Apariencia: Los Látigos del Dolor tienen una apariencia intimidante y brutal. Las cintas flexibles están forjadas en un metal oscuro, con detalles decorativos en morado resplandeciente que recorren su longitud. Las puntas metálicas afiladas brillan con una luz mortecina cuando se activan, añadiendo un aspecto siniestro al arma.
Capacidad de daño: Los Látigos del Dolor son capaces de infligir heridas profundas y dolor intenso a sus objetivos. Las puntas metálicas afiladas pueden atravesar la carne y la mayoría de las armaduras ligeras con facilidad, causando hemorragias y desgarros en los tejidos. El plasma que recorre las cintas flexibles aumenta el daño al calentar y cauterizar las heridas, haciendo que sea extremadamente difícil detener el sangrado.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: Cada Látigo del Dolor tiene una longitud de aproximadamente 6 metros, incluyendo la cinta flexible y las puntas metálicas. Son lo suficientemente livianos para ser manejados con agilidad por los guerreros, pero lo bastante robustos como para infligir daños letales.
Tipo de arma: Arma de energía cinética con flechas envenenadas
Funcionamiento: El Arco de la Penitencia utiliza tecnología avanzada para generar energía cinética y lanzar flechas envenenadas con un potente veneno paralizante. Cada flecha está imbuida con la energía necesaria para atravesar la resistencia del aire y alcanzar a sus objetivos con precisión letal.
Apariencia: El Arco de la Penitencia tiene un diseño elegante pero letal. Está fabricado con metal oscuro y resistente, decorado con grabados rúnicos que brillan con una luz morada cuando el arma está activada. Las flechas envenenadas se almacenan en un carcaj aparte.
Capacidad de daño: Las flechas envenenadas del Arco de la Penitencia son capaces de atravesar armaduras ligeras y penetrar profundamente en la carne de sus objetivos. El veneno paralizante que contienen causa una agonía intensa antes de llevar a la muerte a aquellos que son alcanzados por ellas.
Velocidad de disparo: El Arco de la Penitencia puede disparar flechas con una velocidad impresionante, alcanzando objetivos distantes con precisión mortal. La velocidad de disparo está limitada únicamente por la habilidad y la destreza del arquero que lo usa, pudiendo alcanzar fácilmente el mach 1.
Disparos por cartucho: El carcaj del Arco de la Penitencia puede contener hasta 30 flechas envenenadas, proporcionando al arquero una reserva letal para enfrentar múltiples amenazas.
Calibre específico: Cada flecha tiene un "calibre" de 7 mm, lo que le confiere una penetración suficiente para atravesar la mayoría de las armaduras ligeras y causar daños letales.
Tamaño específico del arma: El Arco de la Penitencia tiene una longitud de aproximadamente 1.2 metros y una anchura de unos 20 centímetros. Es lo bastante liviano para ser manejado con agilidad por un arquero hábil, pero suficientemente robusto para resistir el uso en combate.
Tipo de arma: Cuchillas de Plasma
Funcionamiento: Las Dagas de la Perdición son pequeñas cuchillas ocultas en las botas y bolsos en los muslos de los Hijos de Tánatos. Están imbuidas de energía cinética, lo que les permite ser lanzadas con gran velocidad y precisión hacia sus objetivos. Son utilizadas principalmente para ataques sigilosos y asesinatos sorpresa, aprovechando la velocidad y letalidad de sus movimientos.
Apariencia: Las Dagas de la Perdición tienen una apariencia elegante pero letal. Están hechas de un metal oscuro y resistente, con grabados rúnicos morados que brillan con una luz siniestra cuando las cuchillas están activadas. Las hojas se encuentran ocultas en compartimentos especiales en las botas y bolsos en los muslos, listas para ser desplegadas con rapidez y precisión.
Capacidad de daño: Las Dagas de la Perdición son capaces de atravesar la carne y huesos de sus objetivos con facilidad, causando heridas profundas y letales. Su energía cinética les permite cortar a través de materiales blandos y algunos tipos de armaduras ligeras, infligiendo un daño devastador a quienes son alcanzados por ellas.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: Las Dagas de la Perdición tienen una longitud de aproximadamente 15 centímetros y un ancho de 2 centímetros. Son lo bastante compactas para ser ocultadas en las botas y bolsos en los muslos, pero lo suficientemente afiladas y letales para infligir daño letal a sus objetivos.
Tipo de arma: Escopeta de rieles magnéticos
Funcionamiento: Las Escopetas de la Condenación son armas de corto alcance que utilizan tecnología de rieles magnéticos para propulsar proyectiles a velocidades extremadamente altas. Estas escopetas disparan cartuchos de munición letal con un fulgor morado, capaces de destrozar a cualquier enemigo a quemarropa con una potencia devastadora. La energía magnética generada por el arma acelera los proyectiles con una fuerza increíble, lo que las convierte en armas extremadamente poderosas en combate cercano.
Apariencia: Las Escopetas de la Condenación tienen una apariencia intimidante y robusta. Están construidas con un metal oscuro y mate, con detalles en tonos morados que resaltan su diseño. Las escopetas tienen un diseño ergonómico y agresivo, con líneas afiladas y angulares que reflejan su naturaleza letal. Las luces moradas brillan a lo largo de los rieles magnéticos y en el interior de la recámara, agregando un toque ominoso a su aspecto.
Capacidad de daño: Las Escopetas de la Condenación son capaces de atravesar fácilmente la mayoría de los materiales, incluyendo armaduras ligeras y medios de defensa convencionales. A quemarropa, los proyectiles de estas escopetas pueden causar daños devastadores, desgarrando carne, huesos y tejidos con facilidad.
Velocidad de disparo: La velocidad de disparo de las Escopetas de la Condenación es rápida, pero limitada por el proceso de recarga entre disparos. Sin embargo, su poder de fuego compensa esta limitación, ya que son capaces de infligir un gran daño con cada disparo.
Disparos por cartucho: Cada cartucho de las Escopetas de la Condenación contiene aproximadamente 8 proyectiles, lo que permite a su portador realizar varios disparos antes de tener que recargar.
Calibre específico: El calibre de los proyectiles de las Escopetas del Abismo es de 16 mm, lo que les otorga una gran potencia y capacidad de penetración.
Tamaño específico del arma: Las Escopetas de la Condenación tienen una longitud de aproximadamente 1 metro y un peso considerable que solo un guerrero bien entrenado puede manejar con destreza.
Sobre el arma en sí: Las Escopetas de la Condenación son consideradas armas de prestigio dentro del arsenal de los Hijos de Tánatos, reservadas para los guerreros más feroces y temidos. Su potencia y letalidad las convierten en armas muy codiciadas en el campo de batalla.
Tipo de arma: Sierra eléctrica
Funcionamiento: Espina del Abismo es una sierra eléctrica avanzada diseñada para infligir dolor y locura en los enemigos. Funciona mediante un motor potente de plasma que impulsa la hoja dentada a altas velocidades, permitiendo que corte limpiamente a través de los materiales con facilidad. Además, incorpora un reactor sensible a la esencia que absorbe la esencia mágica de las víctimas, convirtiéndola en Magia Negra que aumenta el efecto de locura y desesperación en los que están cerca, junto al usuario.
Apariencia: Espina del Abismo tiene una apariencia siniestra y aterradora. Su hoja dentada mide aproximadamente 1,5 metros de longitud y está cubierta de runas oscuras y relieves intrincados que destellan con un tono púrpura profundo. La superficie de la hoja parece estar en constante movimiento, como si estuviera viva, lo que añade a su aspecto espeluznante. Las sierras vibran con una intensidad inquietante y emiten un zumbido escalofriante cuando están en funcionamiento, lo que puede perturbar a cualquiera que lo escuche.
Capacidad de daño: Espina del Abismo es capaz de cortar limpiamente a través de una variedad de materiales, incluyendo la Imperialita y otros metales, así como tejidos orgánicos. Su capacidad para despedazar a los enemigos lo convierte en un arma extremadamente letal.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: El Filo del Vacío tiene una anchura de 24 centímetros, una longitud de 1.5 metros y pesa 10 kilos, lo suficiente como para requerir fuerza y destreza para manejarlo con eficacia.
Sobre el arma en sí: Espina del Abismo es un símbolo del poder de las Hermanas de la Lujuria Negra y su devoción al Dios del Vacío. Se utiliza como un instrumento de tortura antes de la muerte final, lo que permite a las Hermanas disfrutar de los lamentos y gritos de sus enemigos. Su uso se considera tanto una bendición como una maldición, ya que otorga poder a cambio de la caída en la espiral de la locura. Solo las Hermanas más letales y devotas son elegidas para portar el Filo del Vacío, y lo hacen con maestría y sed de sangre en el campo de batalla.
Tipo de arma: Espada Encantada
Funcionamiento: Las Filos del Abismo son espadas largas de Udestín imbuidas en magia oscura de Tánatos y equipadas con tecnología de desestabilización capaz de cortar a través de la realidad misma. Esta tecnología les permite atravesar no solo los cuerpos de sus enemigos, sino también las barreras dimensionales y las defensas mágicas. Son las armas más poderosas y exclusivas del Imperio de los Hijos de Tánatos, reservadas para las Hermanas más letales conocidas como las "Sacerdotisas del Abismo". Estas espadas son utilizadas con maestría por las Sacerdotisas del Abismo, quienes han sido entrenadas en el arte de la batalla y la manipulación de la energía oscura que emana de ellas.
Apariencia: Las Filos del Abismo tienen una apariencia imponente y siniestra. Están forjadas en Udestín con grabados rúnicos morados que parecen brillar con una luz sobrenatural. La hoja de cada espada emana una energía oscura pulsante que parece retorcer el aire a su alrededor. Las empuñaduras están envueltas en cuero negro y adornadas con joyas moradas incrustadas, simbolizando la conexión de las espadas con la magia de Tánatos.
Capacidad de daño: Las Filos del Abismo son capaces de atravesar prácticamente cualquier material, incluyendo metales resistentes y protecciones mágicas. Su capacidad para cortar a través de la realidad misma les permite infligir un daño devastador a sus objetivos, desgarrando la carne y las almas de quienes se interponen en el camino de las Sacerdotisas del Abismo.
Velocidad de disparo: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Disparos por cartucho: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Calibre específico: N/A (No aplica ya que no es un arma de proyectiles)
Tamaño específico del arma: Cada Filo del Abismo tiene una longitud de aproximadamente 1.5 metros y un peso ligero de 3 kilos, siendo increíblemente ligero a pesar de su tamaño.
Sobre el arma en sí: Las Filos del Abismo son veneradas como unas de las armas más sagradas y poderosas del Imperio de los Hijos de Tánatos. Solo las Sacerdotisas del Abismo, las guerreras más letales y devotas al Dios de la locura, son consideradas dignas de empuñar estas espadas mortales. Su rareza y exclusividad reflejan el poder y la importancia asociados con ellas, así como la devoción extrema de quienes las portan.
Año: 1601 DL
En el vasto vacío del cosmos, donde las estrellas parpadeaban como ojos fríos y distantes, la sombra del Imperio de los Hijos de Tánatos se extendía como un manto oscuro. En el año 1601 DL, en el hogar natal de los Schwarzer, Ambtachylos, una nueva era estaba por comenzar. Inspirados por su líder indiscutible, Damocles, y guiados por la voluntad de su dios, los Hijos de Tánatos decidieron embarcarse en la exploración de los dominios estelares.
El salto al espacio no fue un gran problema para los hijos del dios de la locura.
Después de dos décadas de arduo trabajo y sacrificio, la primera estación orbital Imoszrekh se erigía majestuosa en el espacio, un monumento a la voluntad implacable de los Hijos de Tánatos. La oscuridad del cosmos se cernía sobre ella, sus formas angulosas y amenazantes proyectaban una sombra eterna en las estrellas circundantes. Los Hijos de Tánatos, liderados por su campeón, Damocles, se preparaban para emprender su viaje hacia los confines del universo.
Esta estructura colosal, nombrada como Imoszrekh, de 300 km de alto, 400 km de ancho y 400 km de largo, consumió incontables recursos y fue erigida como un monumento a la voluntad y el poder de Tánatos. Fabricada con una amalgama de materiales como el Udestín, imperialita y Vedralí.
Los cielos estrellados se reflejaban en sus superficies metálicas, mientras que las sombras se meneaban entre sus torres altas y sus pasillos interminables. Las luces moradas destellaban como los ojos de un depredador acechando en la oscuridad.
En lo profundo una cámara oscura y austera, donde las sombras se entrelazaban con la esencia misma de la muerte, Damocles se postraba frente a un altar que rendía homenaje a su deidad, Tánatos. El altar, una estructura imponente tallada en Imperialita, se alzaba como un monumento a la muerte misma. Las sombras se arrodillaban alrededor de él, como si estuvieran bajo el influjo de una fuerza más allá de la comprensión mortal.
El altar estaba adornado con inscripciones antiguas y símbolos dorados, grabados con precisión casi sobrenatural. Los relieves representaban escenas de batallas épicas, sacrificios rituales y la ascensión de almas hacia la oscuridad eterna. En lo alto, una estatua de Tánatos, encapuchada y sin rostro, se erguía con una presencia ominosa, sus manos extendidas hacia abajo en un gesto de acogida hacia aquellos que abrazaban su dominio.
La luz morada de las lámparas en las paredes resaltaba los detalles del altar. Las piedras oscuras brillaban, mientras que los grabados parecían cobrar vida en la penumbra.
A los pies del altar, un cáliz de plata pulida reposaba sobre un cojín de terciopelo negro. Dentro del cáliz, un líquido oscuro y viscoso se agitaba con una energía inquietante, como si estuviera imbuido con el poder mismo de Tánatos. El aire alrededor del altar estaba cargado con una sensación de anticipación y solemnidad, como si el propio dios de la muerte estuviera presente en la habitación.
De repente, una voz resonó en la mente de Damocles, una voz fría y sibilante que parecía emerger de las profundidades del abismo. Era la voz de Tánatos, hablando con la autoridad digna de la muerte misma, su presencia se podía sentir en cada sombra que se extendía por la habitación.
Desde el rincón más oscuro de la cámara, surgió una figura envuelta en un manto oscuro como la noche. Tánatos, el Señor de la Locura, no tenía rostro visible bajo su capucha, solo una oscuridad infinita que parecía absorber la luz a su alrededor. Sin embargo, su presencia y su esencia magenta llenaban la habitación.
"Tus hijos se preparan para emprender su viaje, Damocles", resonó la voz de Tánatos, un susurro gélido que parecía surgir de las sombras mismas. "Es hora de que exploren los confines del cosmos y lleven mi voluntad a las estrellas."
El campeón de Tánatos inclinó la cabeza en reverencia, con su armadura morada profunda brillando con destellos tambien morados a la luz del altar. Cada placa estaba meticulosamente grabada con patrones carmesíes que parecían fluir como la sangre en un río oscuro, como un tributo a su lealtad al Señor de la Locura.
"Como ordenes, mi señor", respondió Damocles con voz reverencial. "Los Hijos de Tánatos no temerán a los horrores que aguardan en el espacio."
Un destello magenta de aprobación brilló en la oscuridad bajo la capucha de Tánatos. "Ve, campeón mío. Que la oscuridad sea tu aliada y la muerte tu compañera en este viaje."
Con una determinación implacable, Damocles se puso en pie, las placas de su armadura chasqueaban con cada movimiento. Los ornamentos en forma de cráneos que adornaban sus hombreras parecían observar con ojos vacíos mientras se dirigía hacia la salida de la cámara, con cada uno de sus pasos resonando en los pasillos vacíos de la estación orbital.
La armadura de Damocles, una obra maestra de la ingeniería y la oscura magia de Tánatos, resplandecía con una energía siniestra mientras avanzaba. Cada placa irradiaba un aura de poder y autoridad, mientras que los ornamentos en forma de cráneos y reliquias sagradas que adornaban y colgaban de su cinturón ondeaban y chasqueaban con cada movimiento, testigos silenciosos de sus victorias y sacrificios en nombre de su deidad.
A medida que Damocles abandonaba la cámara, el resplandor magenta de Tánatos parecía seguirlo, como una sombra protectora que lo acompañaba en su viaje hacia las estrellas.
La partida de los Hijos de Tánatos hacia el planeta nombrado como Umbra, fue un evento histórico para los Hijos de Tánatos. La estación orbital temblaba con la actividad frenética mientras las tripulaciones se preparaban para la travesía hacia lo desconocido. Damocles irradiaba una presencia majestuosa y aterradora mientras daba órdenes a sus subordinados.
"¡Preparen los motores de puerta! ¡Nos dirigimos hacia Umbra!", rugió Damocles, con su poderosa voz haciendo un eco en los pasillos de la estación, anteriormente se habían dedicado a descubrir la tecnología de Puerta, que permitía ir más rápido que la luz, hasta que lograron descifrarla no comenzaron con la construcción de la estación.
Los técnicos y tripulantes se apresuraron a cumplir las órdenes del campeón de Tánatos, con cada movimiento marcado por urgencia y emocion. Las luces púrpuras parpadeaban mientras la estación se preparaba para el salto al Espacio Negativo.
En la cámara de mando, Damocles se encontraba frente a los controles, con su mirada fija en las estrellas que se extendían más allá de la ventana, dando un último vistazo antes de entrar al Espacio Negativo. Una vez más, la voz de Tánatos resonó en su mente, fría y sibilante, como el viento de la muerte.
"Es hora de reclamar Umbra en mi nombre, Damocles", susurró el dios de la locura. "Que la oscuridad guíe tus pasos y la muerte sea tu aliada."
El campeón de Tánatos asintió con solemnidad. "Lo haré, mi señor. Umbra será nuestra."
Con un destello de luz celeste proveniente de los Motores de Puerta, la estación se lanzó hacia el abismo del Espacio Negativo, con su destino fijado en el planeta Umbra... Una vez llegaron, a los 26 segundos, la estación se detuvo en órbita, lista para desembarcar las naves, 12 naves tripuladas por Damocles y una legión de Anarqar listos para cualquier obstáculo.
"¡Desembarco inmediato!", ordenó Damocles.
Los soldados de las naves bajaron al instante en que las palabras de Damocles se pronunciaron, y sus botas metálicas chasquearon en el suelo helado. Con determinación férrea, avanzaron hacia las sombras del mundo en plena y perpetua noche, listos para enfrentar cualquier desafío que el mundo pudiera presentar, el frío gélido del planeta se comenzaba a filtrar a través de los cascos de los tripulantes, recordándoles la naturaleza implacable del universo.
Finalmente, Umbra se extendió ante ellos, era un mundo envuelto en sombras perpetuas y heladas. Las luces amarillas de las naves de transporte, imponentes colosos oscuros y algo hundidos en la nieve, iluminaban la superficie del planeta, revelando una tierra desolada y estéril, dominada por la oscuridad y el frío. Sin embargo, para los Hijos de Tánatos, era un lugar de oportunidad y conquista.
Después de asegurar Umbra en nombre de Tánatos, los Hijos de Tánatos se dirigieron hacia su próximo objetivo: otro planeta gélido, Abyssia. Los preparativos se llevaron a cabo en silencio, y cada miembro de la tripulación era consciente del peligro que les esperaba en las profundidades del espacio.
Se hizo la misma operación en Abyssia. A medida que se abrían paso a través de las capas de hielo y nieve, los Hijos de Tánatos se prepararon para enfrentar al mundo helado.
Los Hijos de Tánatos avanzaron hacia la oscuridad de Abyssia, con sus armas en alto y sus corazones llenos de determinación. Con cada paso, se acercaban más a la victoria en nombre de su deidad y su imperio. Y en la distancia, la sombra de Damocles se alzaba como un símbolo de poder y muerte, guiando a sus seguidores hacia la gloria en los confines del universo…
EL NUEVO AMANECER
Año: 1604 DL
Tras la conquista de Umbra y Abyssia, los Hijos de Tánatos se alzaron como señores supremos de los mundos helados. La oscuridad y el frío eran su dominio, y bajo la mirada orgullosa de su campeón, Damocles, se preparaban para recibir la bendición de su deidad…
En la cámara oscura de la estación orbital Imoszrekh, Damocles se postró una vez más ante el altar de Tánatos, con su figura imponente brillando con la luz siniestra que emanaba de la estatua del Señor de la Locura.
"Mi señor", murmuró Damocles con reverencia. "Hemos cumplido tu voluntad. Umbra y Abyssia son nuestros."
La voz de Tánatos resonó en la mente de Damocles, como una suave caricia que envolvía sus pensamientos. "Lo has hecho bien, mi campeón. Tus acciones han sido dignas de mi elogio."
Con una reverencia final, Damocles se levantó de su postración. "¿Qué deseas de nosotros ahora, mi señor?"
La respuesta de Tánatos fue inmediata: "Les concederé una recompensa por sus logros. Durante una semana, bendeciré a su especie con la fertilidad. Que nuestra progenie se multiplique y se fortalezca, para que mis hijos sean innumerables y poderosos."
El campeón de Tánatos apenas pudo contener su asombro ante la generosidad de su deidad. "¡Lo aceptamos con gratitud, mi señor!"
Con un gesto majestuoso, Tánatos concedió su bendición, y durante una semana entera, los Hijos de Tánatos se entregaron al frenesí de la procreación. En cada rincón de la estación orbital y en los mundos conquistados, la especie se entregó al acto de la creación, sus cuerpos enlazados en una danza de deseo y pasión.
El sonido de gemidos y susurros llenaba Ambtachyglos, Umbra y Abyssia, los Hijos de Tánatos se entregaban al placer carnal con una ferocidad que rivalizaba con la de los animales más salvajes. El aire estaba cargado con el olor de la lujuria y el sudor, mientras que los gemidos de éxtasis se mezclaban con el rugido de los vientos gélidos de Umbra y Abyssia y el ardor de los fuegos eternos de Ambtachyglos.
Al final de la semana de fertilidad bendita, los Hijos de Tánatos habían dado a luz a una nueva generación de guerreros y seguidores. Cada niño nacido era una promesa de poder y dominio, una señal de la gloria que esperaba a la especie en los oscuros rincones del universo.
Con más de tres millones de hijos de Tánatos ahora entre sus filas, Damocles miró hacia el futuro con determinación implacable. Los Hijos de Tánatos se alzarían como una fuerza imparable, su oscura influencia extendiéndose por los confines del cosmos.
LOS HIJOS DEL SEÑOR DE LA MUERTE
Año: 1604 DL
Incluso Damocles, el campeón supremo del Señor de la Locura, se vio envuelto en el frenesí de la procreación. Pero su destino era diferente al de los demás, pues había entablado una relación peculiar con la Hermana de la Lujuria Negra más poderosa, Yllise.
Esa noche, en la penumbra de la estación orbital Imoszrekh, Damocles se encontró con su amante, cuya figura imponente y seductora desafiaba incluso a la oscuridad del espacio.
"Mi amada", susurró Damocles con un tono de pasión.
La Hermana de la Lujuria Negra se acercó a él, con sus ojos brillando con un fuego salvaje y una lujuria incontenible. "Somos la encarnación misma del deseo y el poder, mi señor. Nuestra unión es una celebración de la vida y la muerte."
Los dos amantes se fundieron en un abrazo apasionado, sus cuerpos ardientes en busca de placer y conexión. A pesar de la diferencia de tamaño entre ellos, había una atracción magnética que los unía, una fuerza irresistible que los llevaba a la rendición total el uno al otro.
Con manos expertas, Damocles desató los nudos que mantenían unida la túnica de la Hermana de la Lujuria Negra, revelando su piel de tono ennegrecido y sus reflejos plateados. La luz mortecina de la estación orbital iluminaba su figura, haciendo que pareciera una diosa de la oscuridad y el deseo.
"Te deseo con una intensidad que desafía toda razón", murmuró Damocles, sus labios encontrando los de su amante en un beso ardiente y hambriento.
La Hermana de la Lujuria Negra respondió con un gemido de placer, sus manos explorando el cuerpo de Damocles con una urgencia desesperada. A pesar de su posición como figura de autoridad, ella se entregaba a él con una pasión desenfrenada, sus inhibiciones desapareciendo bajo el hechizo del amor y el deseo.
Desnudos y envueltos en el éxtasis del momento, Damocles y la Hermana de la Lujuria Negra se entregaron el uno al otro con abandono total. Sus cuerpos se fundieron en un frenesí de movimiento y placer, sus gemidos de éxtasis resonando en las paredes de la estación orbital.
En ese momento de unión, no había líder ni seguidor, solo dos amantes entregados al poder del amor y la lujuria. Y en la oscuridad del cosmos, su pasión ardía como una llama eterna, alimentada por el fuego del Señor de la Muerte y la seducción de la Hermana de la Lujuria Negra.
La mañana siguiente a la apasionada noche entre Damocles y Yllise, la atmósfera en la habitación de Damocles estaba cargada de tensión mientras el campeón de Tánatos y su amante yacían desnudos en una cama sin… sábanas... La luz de la estrella madre del sistema se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, arrojando destellos dorados sobre sus cuerpos entrelazados.
De repente, una presencia oscura y sibilante llenó la habitación, anunciando la llegada del propio Tánatos. El Señor de la Muerte se manifestó en la penumbra de la habitación, su figura encapuchada emanaba un brillo púrpura observando la escena con un aire de diversión maliciosa.
Damocles despertó al sentir la presencia del poder de Tánatos, y rápidamente se sintió incómodo ante la presencia de su deidad mientras se cubría apresuradamente con sus manos las partes más íntimas de su imponente y musculoso cuerpo de tres metros de altura. Yllise, por su parte, se despertó abruptamente al sentir la energía oscura que llenaba la habitación, y trató de ocultar sus voluptuosas curvas detrás de sus brazos, aunque sus pechos escapaban a su intento de modestia.
Tánatos dejó escapar una risa gutural, su voz resonando con un tono de complicidad. "¡Ah, Damocles! Qué placer es ver que has dejado descendencia en esta bendita noche."
Damocles bajó la mirada, sintiéndose avergonzado. "Mi señor, lamento la incomodidad de esta situación..."
Pero Tánatos agitó una mano con desdén. "No te preocupes, mi fiel campeón. La vida y la muerte van de la mano, y la pasión es un recordatorio de la propia mortalidad."
Yllise, aún tratando de cubrir su desnudez, miró a Damocles con un destello travieso en sus ojos. "No te preocupes por mí, querido. Soy una mujer de la Lujuria negra, después de todo. Estoy acostumbrada a las visitas inesperadas."
La risa de Tánatos llenó la habitación una vez más, su presencia envuelta en un aura de misterio y poder. "Dejen que este momento sea un recordatorio de la belleza y la fragilidad de la vida. Y que su amor y su legado perduren en los oscuros rincones del universo."
Con una última mirada, Tánatos desapareció en las sombras, dejando a Damocles y Yllise a solas una vez más. A pesar del momento incómodo, la pareja se abrazó con renovada pasión, sabiendo que su amor había sido bendecido por el Señor de la Muerte mismo. Y en la intimidad de su alcoba, el fuego del deseo ardió una vez más, alimentado por la oscura presencia de su deidad y la promesa de un futuro lleno de gloria y poder.
Pasaron los años, y el amor entre Damocles y Yllise se tradujo en una progenie notable. No uno, ni dos, sino doce hijos nacieron de su unión, cada uno bendecido con el poder y la oscuridad que fluía en las venas de su padre. Veinticinco años después del inicio de su linaje, los hijos de Damocles crecieron para emerger como titanes entre los Schwarzer, listos para servir a su padre y a Tánatos con devoción inquebrantable.
Los vástagos de Damocles llevaban nombres que resonaban con poder y temor en los oscuros rincones del universo: Osiris el destructor, Torgoth señor del caos, Mardal el abominable, Festus forjador de la miseria, Arthram hijo de la oscuridad, Mortariel amo del sufrimiento, Rogal señor de la justicia, Sauriel líder del valor, Azrael asesino de reyes, Barnavas el sabio, Ulicius señor del poder y Pyron fabricante de ataúdes. Cada nombre era una promesa de terror y dominio, una advertencia para aquellos que se atrevieran a desafiar el poder de los Hijos de Tánatos.
Con el crecimiento de su progenie, Damocles vio la oportunidad de expandir aún más su influencia en los oscuros confines del cosmos. Reunió a sus doce hijos, cada uno poseedor de una legión de cien mil guerreros, listos para llevar a cabo las órdenes de su padre con una fidelidad inquebrantable.
La vasta sala del trono de la estación orbital Imoszrekh irradiaba una atmósfera de opulencia y poder. Las paredes, revestidas con paneles de Udestín, reflejaban la luz tenue de las luces moradas dispuestas estratégicamente a lo largo de las paredes de la sala. El Udestín, un material tintado de negro, parecía absorber la luz, creando sombras que conferían a la sala una sensación de misterio y grandeza.
Las lámparas de plasma colocadas linealmente en el techo desde la entrada de la sala hasta encima del trono, encendidas con una llama violeta pálida, lanzaban destellos intermitentes que iluminaban la sala con un resplandor fantasmal. Y su zumbido constante llenaba el aire con un sonido relajante.
A lo largo de las paredes, enormes tapices de oscuros colores rojizos adornaban la sala, representando escenas de batallas épicas y conquistas gloriosas llevadas a cabo por los Hijos de Tánatos. Los hilos de oro y plata tejidos en los tapices relucían débilmente a la luz de las antorchas, añadiendo un toque de riqueza y elegancia.
En el centro de la sala, sobre un estrado elevado, se encontraba el trono de Damocles. Tallado en Udestín y adornado con símbolos de poder y muerte dorados, el trono parecía emanar una presencia imponente y majestuosa. A los pies del trono, una alfombra roja y mullida de terciopelo se extendía, su suave textura contrastando con la dureza del suelo metálico de la sala.
Los hijos de Damocles se arrodillaban en reverencia ante su padre, formando una fila ordenada que se extendía hasta los confines de la sala del trono. Sus sombras se alargaban en las paredes, proyectando una imagen de lealtad y sumisión ante el poder de su progenitor.
En el aire, flotaba un aroma a incienso, una mezcla embriagadora que evocaba la promesa de la batalla y la victoria. El sonido de las respiraciones contenidas y los corazones latiendo con fuerza llenaba la sala, creando una sensación de anticipación y tensión mientras Damocles se preparaba para impartir sus órdenes a sus hijos.
"Torgoth", llamó Damocles con una voz grave y resonante, dirigiéndose a su hijo que estaba a su lado derecho. "Es hora de que lleves la oscuridad a los confines del infierno que tanto se atreve a atacarnos. Toma tu legión y aplasta a nuestros enemigos con ferocidad, y consigue lo que te dije..."
El hijo asintió solemnemente, mirando con determinación a su progenitor. "Lo haré, padre."
Uno por uno, Damocles dio instrucciones a cada uno de sus hijos. Mientras los hijos partían hacia sus destinos designados, Damocles se volvió hacia Tánatos, cuya presencia se manifestaba en la sala del trono en una oscuridad sutil pero omnipresente.
"Mi señor", dijo Damocles con reverencia, inclinando la cabeza ante su deidad. "Los hijos de Tánatos están listos para llevar a cabo tu voluntad en los confines del universo."
Tánatos observó con satisfacción a su campeón y a su progenie. "Que así sea, Damocles."
Con un gesto majestuoso, Tánatos desapareció de la sala del trono, dejando a Damocles y a sus hijos listos para llevar a cabo la voluntad del Señor de la Muerte en los oscuros rincones del espacio. Y mientras las flotas de los Hijos de Tánatos se perdían en la vastedad del cosmos, el eco de su poder resonaba, anunciando la llegada de una nueva era de oscuridad y dominio…
EL FORASTERO
Año: 1618 DL
Desde el vasto y oscuro abismo del Espacio Negativo, una nave surcaba los confines del universo, su destino incierto hasta que, de repente, se precipitó hacia el planeta Ambtachylos. La nave, envuelta en llamas, se estrelló con estrépito en las proximidades de una ciudad de los Hijos de Tánatos, y sus restos humeantes y retorcidos quedaron esparcidos por el paisaje.
El ruido atronador del impacto resonó en los oídos de los habitantes de la ciudad, despertando un sentido de urgencia entre los guerreros y tecnólogos que residían allí. Rápidamente, un escuadrón de las Hermanas de la Lujuria Negra, imbuidas de la oscura pasión de Tánatos, acudió al lugar del accidente, armadas y listas para enfrentarse a cualquier amenaza que pudiera surgir.
Las Hermanas de la Lujuria Negra se movían entre los restos humeantes de la nave, con sus vestimentas ajustadas resaltando sus curvas y sus presencias imponentes. Lilith, la líder del escuadrón, avanzó con determinación hacia el intruso humano.
El hombre desconocido yacía en el suelo, su piel pálida contrastando con la oscuridad que lo rodeaba era visible a través de la visera de su casco. Su traje avanzado, aunque dañado por el accidente, aún irradiaba una extraña elegancia. Lilith se detuvo frente a él.
"¿Qué hacemos con él?" preguntó una de las Hermanas.
Lilith alzó una mano para silenciarlas, su mirada seguía fija al hombre inconsciente. "Este intruso ha invadido nuestro territorio", declaró. "Es nuestra responsabilidad averiguar quién es y qué busca aquí". Las otras Hermanas asintieron en silencio.
Con movimientos precisos, Lilith y las Hermanas rodearon al hombre, formando un círculo protector alrededor de él.
Mientras tanto, el hombre permanecía inconsciente, ajeno al peligro que lo rodeaba. Su respiración era tranquila y regular, era un contraste extraño con el caos que lo rodeaba.
Lilith frunció el ceño, evaluando la situación con una expresión seria, entonces pronunció: "Lo llevaremos a la ciudad y lo encerraremos. No sabemos qué pretende este forastero, pero no podemos permitir que represente una amenaza para nosotros o para Tánatos."
Con cuidado, las Hermanas de la Lujuria Negra levantaron al humano inconsciente y lo llevaron a través de los campos de escombros, hacia las imponentes murallas de Titanio de la ciudad. La estrella carmesí de Ambtachylos, Noc'thar, arrojaba una luz mortecina sobre ellos, sumergiendo el paisaje en una atmósfera ominosa.
Una vez dentro de las murallas de la prisión más cercana, llevaron al humano a una celda en las profundidades de la ciudad, donde lo depositaron con cautela en el suelo de metal frío. El humano aún yacía inmóvil, su respiración tranquila y regular, como si estuviera en un sueño profundo.
Con un gesto de determinación, Lilith dio la orden de sellar la celda, asegurando que el humano permaneciera encerrado mientras estuviera inconsciente. Y así, en las sombras de Ambtachylos, un nuevo jugador había entrado en escena, su destino entrelazado con el oscuro destino de los Hijos de Tánatos…
LA GRAN CONQUISTA
Año: 1627 DL
En la vasta sala del trono de la estación orbital Imoszrekh, que pronto Damocles renombraria a "Caronte la Devastadora", Damocles, el campeón de Tánatos, se erguía con majestuosidad mientras sus hijos se arrodillaban ante él en un gesto de sumisión y lealtad. Los Hijos de Tánatos, imbuidos de la oscura esencia de su deidad, aguardaban las órdenes de su líder con expectación y fervor.
Con una voz que resonaba con autoridad, Damocles dirigió su mirada hacia los cuatro hijos elegidos para liderar la Gran Conquista. "Ulicius, Mardal, Arthram y Sauriel", comenzó, su tono serio y firme, "han llegado los tiempos de la expansión de nuestro dominio. Cada uno de ustedes liderará una legión de 100 mil soldados y conquistará uno de los cuatro mundos seleccionados para convertirse en planetas centrales en nuestra empresa de conquista."
Los hijos de Damocles asintieron solemnemente, sus rostros enmascarados por la determinación y el deseo de gloria. Ulicius señor del poder, con su armadura negra reluciente, se preparaba para la carnicería que se avecinaba. Mardal el abominable, con su mirada fría y despiadada, ansiaba sembrar el terror en el corazón de sus enemigos. Arthram, hijo de la oscuridad, envuelto en sombras, estaba listo para desatar el caos y la desesperación. Y Sauriel, líder del valor, con su semblante imperturbable, inspiraría a sus tropas hacia la victoria con su coraje indomable.
Damocles continuó con su discurso, sus palabras resonando en la sala del trono como un augurio de guerra y conquista. "Ergecin 8422 será de Sauriel, Smoknall de Ulicius, Nulldor de Mardal y Spectrion de Arthram, serán los primeros en sentir el peso de nuestro poder. Que cada uno de ustedes marche con la fuerza de Tánatos a su lado y reclame estos mundos en su nombre. Que su sangre y la de sus enemigos tiñan la oscuridad del universo y anuncien el advenimiento de una nueva era para los Hijos de Tánatos."
Con una reverencia ante su líder, los cuatro hijos se levantaron y se dirigieron hacia las naves de guerra que los llevarían a sus destinos designados. La sala del trono retumbaba con el clamor de los soldados que los seguían, y con sus voces entonando cánticos de guerra y devoción hacia su dios…
Dos meses después de partir hacia sus respectivos destinos, la comunicación entre los Hijos de Tánatos se vio interrumpida por un mensaje urgente de Arthram. La voz de su hijo sonó con urgencia a través de los canales de comunicación, alertando a Damocles de un descubrimiento inesperado.
Damocles escuchó con atención, con su ceño fruncido de preocupación mientras las palabras de Arthram llenaban la sala de comunicaciones de Caronte la Devastadora.
"Padre", dijo Arthram con voz tensa y cargada de ansiedad, "hemos encontrado una nueva raza en los mundos conocidos como Osk y MTI 6408. He intentado arrasar esos mundos para asegurar nuestra expansión, pero nos enfrentamos a una resistencia inesperada. Los refuerzos enemigos son abrumadores y nuestros motores han sido destruidos. Estamos atrapados en Osk, luchando por nuestra supervivencia, y bajé al planeta a luchar junto a mis hombres. Necesitamos tu ayuda."
"Arthram", respondió Damocles, "prepárate para recibir refuerzos. Enviaremos a Ulicius, Mardal y Sauriel para apoyarte."
Arthram agradeció a su padre con gratitud, prometiendo luchar hasta el último aliento en nombre de Tánatos…
Dos horas después de recibir la llamada de auxilio de Arthram, las tres estaciones Imoszrekh, "El Bravío Vanguardia" de Sauriel, "Espanto del Vacío" de Mardal y “La Calavera Negra” de Ulicius, se reunieron en el espacio sobre los mundos de Osk y MTI 6408. La oscuridad del vacío intergaláctico era interrumpida por destellos celestes, rojos y amarillos de los cañones de las estaciones mientras abrían fuego sobre los planetas, pero los escudos planetarios de la faccion El Imperio de G, se activaron en ambos planetas, bloqueando los ataques.
En el horizonte, cientos de cruceros de batalla enemigos se materializaron mientras salían del Espacio Negativo, y abrieron fuego de forma inmediata, acribillando las estaciones de sus hijos, las cuales también activaron sus escudos. Damocles, desde su Estación a años luz de distancia de la batalla, observaba a través de las cámaras de las estaciones de sus hijos.
"Padre", llamó Ulicius a través de la conexión de La Calavera Negra, con su voz cargada de tensión, "los refuerzos enemigos son abrumadores. No podemos mantener esta posición por mucho tiempo."
Damocles apretó los puños con furia. "Arthram", ordenó, "retira tus fuerzas y regresa inmediatamente."
Mientras las palabras de Damocles resonaban en el puente de mando, en Osk, una nave emergió de entre las llamas de la batalla alzándose hacia el espacio, con su casco marcado por el fuego de los cañones enemigos. Era Arthram, luchando contra las fuerzas enemigas con tenacidad y valentía mientras hacía su escape.
Una vez a salvo, Arthram fue recibido por su hermano Ulicius, quien lo ayudó a bordar su estación Imoszrekh.
Las estaciones Imoszrekh se retiraron inmediatamente, impulsadas por motores lumínicos que destellaban en el vacío del espacio. Sin embargo, la estación de Arthram, el "Crepúsculo de la Perdición", no pudo escapar a tiempo y cayó bajo el asedio implacable de las fuerzas enemigas del Imperio de G, sus estructuras retorcidas y envueltas en llamas como un monumento sombrío a la ferocidad de la batalla.
Mientras tanto, en la estación de Ulicius, la tensión era evidente en el aire enrarecido del puente de mando. Ulicius, se enfrentó a su hermano Arthram con una mirada inquisitiva. "¿Qué viste, Arthram?", preguntó Osiris.
Arthram, aún recuperándose del brutal asalto en su estación y la batalla en Osk, miró a su hermano mayor. "Logré infiltrarme en la base de datos enemiga", explicó. "No entiendo el lenguaje, pero encontré algo valioso: coordenadas."
Osiris frunció el ceño. "¿Coordenadas? ¿Para dónde?" Arthram asintió. "Eso es lo interesante", respondió. "Apuntan hacia Ergecin 8422."
"Prepárense", ordenó. "Partiremos hacia Ergecin 8422 y descubriremos qué nos espera."
Arthram se apresuró a transmitir sus preocupaciones a Osiris con urgencia en el silencioso puente de mando. "No deberíamos enfrentar esto solos", declaró. "Debemos llamar a nuestro padre."
Osiris asintió, reconociendo la sabiduría en las palabras de su hermano menor. "Tienes razón", concedió. "No podemos subestimar el peligro que enfrentamos."
Juntos, los hermanos se comunicaron con Damocles, informándole de la situación. La voz de su padre resonó a través del enlace de comunicación, impregnada de autoridad y calma en igual medida. "Entendido", respondió Damocles con su típico tono sereno y firme. "Partiré hacia Ergecin de inmediato. Nos reuniremos allí…"
Cuando Damocles descendió a Ergecin, el helado planeta se extendía ante él como un vasto océano de desolación congelada. A su llegada, fue recibido por sus hijos, Osiris y Arthram, quienes aguardaban en medio de la gélida tormenta de nieve que azotaba el paisaje. Entre ráfagas de viento helado, los dos hermanos se adelantaron para entregar a su padre las coordenadas precisas.
"Está justo debajo del suelo", explicó Arthram. "Un gran cráter. Allí." Apunto al gran cráter a unos 20 metros de ellos, cuando se acercaron, una placa de metal podía verse hasta el fondo, indicando que había algo abajo.
Damocles asintió, los ojos rojos de su casco brillaban, destacando entre la oscuridad del planeta. "Esperen aquí. Mantengan vigilancia."
De un poderoso salto, Damocles se lanzó hacia el cráter, atravesando la tormenta antes imperturbable. Rompiendo el suelo con un estruendo sordo, cayó en la negrura que se extendía debajo. En ese momento, una presencia oscura y poderosa se manifestó en la oscuridad, iluminando el abismo con un resplandor azul oscuro.
"Tánatos", murmuró Damocles con reverencia. "Guíame en este viaje hacia lo desconocido."
La figura encapuchada de Tánatos se alzó frente a Damocles, emanando una aura de sombría majestuosidad. "Estás en el umbral de un gran descubrimiento, mi campeón", susurró.
Con la bendición de su deidad, Damocles avanzó con valentía hacia las profundidades de la nave enterrada, envuelto en la oscuridad y el misterio que lo rodeaba…
En la penumbra de la nave catacumba Atruneth, Damocles se encontraba rodeado por la oscuridad, solo iluminada por el resplandor azul cobrizo que emanaba de las paredes y los cuerpos de las máquinas dispersas por todas partes. A su lado, la figura encapuchada de Tánatos se alzaba.
"Esto es un desastre", murmuró Tánatos con su susurro destacando en el silencio de la nave. "Nunca había visto una nave de estas en tales condiciones. Fue suerte, de no ser así, habrías perecido aquí, Damocles".
El campeón de Tánatos bajó la mirada, sintiendo el peso de su propia imprudencia. "Lo siento, mi señor", respondió con humildad. "Fui irresponsable. Prometo que no volverá a suceder".
Tánatos asintió con solemnidad. "Debes aprender de este error, Damocles", advirtió. "La vida de un campeón no es algo que deba tomarse a la ligera".
Mientras se adentraban más en la inmensa nave, el entorno desgastado y roto se extendía ante ellos como un laberinto de pesadillas. Los pasillos, una vez imponentes y majestuosos, ahora estaban marcados por el paso del tiempo, sus paredes metálicas corroídas por la corrosión y cubiertas de manchas oscuras de óxido.
Los sonidos siniestros de la maquinaria en mal estado resonaban en el aire, creando una atmósfera de tensión. Chirridos metálicos y gemidos lastimeros llenaban los pasillos, como si la propia nave estuviera gimiendo de dolor por los cientos de miles de años de abandono y mantenimiento.
A medida que avanzaban, las luces magentas parpadeantes emitían destellos intermitentes de luz, iluminando brevemente los rincones oscuros y revelando destellos fugaces de la devastación que había sufrido la nave. Los paneles rotos colgaban de las paredes, los cables desgarrados se retorcían como serpientes moribundas y los charcos de líquidos desconocidos salpicaban el suelo, creando un laberinto peligroso y desolado.
"¿A dónde nos dirigimos ahora?" preguntó Damocles, su voz resonando en el silencio sepulcral.
Tánatos señaló hacia adelante, hacia la oscuridad que se extendía más allá de sus ojos. "Hay respuestas que deben ser encontradas en las profundidades de esta nave", respondió en tono sombrío. "Sigue mi guía, y juntos descubriremos la verdad oculta en las sombras".
En la penumbra de la nave catacumba Atruneth, Damocles y Tánatos avanzaban con cautela, siguiendo la guía de la oscura luz azul que emanaba del enigmático ser. La atmósfera estaba cargada de tensión mientras se acercaban a la cápsula del Atruneth Dominus, donde yacían los líderes de estas naves.
Tánatos comentó en voz baja: "Creo recordar dónde descansan los líderes de estas naves". Sus palabras resonaron en la penumbra, envueltas en un aire de misterio y determinación.
Finalmente, llegaron a la cápsula del Atruneth Dominus. La cápsula que resguardaba al Dominus de la nave Catacumba se alzaba como una joya abandonada en medio del vasto vacío del espacio. Desde fuera, sus paredes parecían de un blanco inmaculado, con detalles rosados que destellaban débilmente bajo la luz de las estrellas distantes. Luces magentas parpadeaban intermitentemente a lo largo de los bordes de la cápsula, creando un aura etérea y misteriosa a su alrededor.
Sin embargo, a medida que Damocles y Osiris se acercaban, quedaba claro que la cápsula había caído en un estado de abandono y falta de mantenimiento. Las luces magentas emitían destellos irregulares, creando sombras danzantes que jugaban en las superficies blancas y rosadas de las paredes. Los colores, una vez vibrantes y llamativos, ahora parecían desvanecerse y perder su brillo, como si hubieran sido olvidados por el tiempo.
Las paredes estaban marcadas por grietas y manchas oscuras, evidencia del deterioro que había sufrido la estructura con el paso de los años. El suelo, antes impecablemente pulido, ahora estaba cubierto de polvo y escombros, con rastros de corrosión que se extendían como venas oscuras por su superficie.
En el centro de la cápsula, el Dominus yacía en reposo, su figura imponente y majestuosa enmarcada por la decadencia que lo rodeaba. Su armadura plateada, una vez brillante y reluciente, ahora estaba empañada y marcada por el óxido, con detalles dorados desgastados y opacos. El visor tintado de rojo en su cabeza apenas ocultaba sus rasgos faciales, pero su presencia seguía siendo imponente y sobrenatural.
Al bajar la mirada, Damocles y Osiris encontraron la espada del Dominus, sostenida por ambas manos, apoyada contra el suelo de la cápsula. A simple vista, la espada parecía ordinaria, casi mundana, en marcado contraste con la majestuosidad que se esperaba de un arma divina. Era minimalista en su diseño, sin adornos ni relieves que llamaran la atención, un simple trozo de metal alargado con un mango.
La falta de mantenimiento era evidente incluso en la espada. Su superficie, una vez pulida y brillante, ahora estaba cubierta de manchas oscuras y marcas de corrosión, como si el paso del tiempo hubiera dejado su huella en el metal. El filo, que alguna vez había sido afilado y mortífero, ahora parecía embotado y desgastado, incapaz de cortar ni siquiera el aire con la misma eficacia de antaño.
A pesar de su apariencia humilde, la Espada Divina de las Estrellas seguía emitiendo un aura de poder y misterio. Aunque su aspecto había sido afectado por el abandono y la falta de cuidado, su presencia en la cápsula del Dominus era un recordatorio constante de la grandeza que alguna vez había poseído.
Damocles observó al Dominus con una mezcla de curiosidad y respeto. "Es impresionante", murmuró, admirando la majestuosidad de la figura ante ellos.
El silencio ominoso que había envuelto la cápsula del Dominus se rompió de repente por un estruendo atronador, como si las entrañas de la nave misma estuvieran despertando de un sueño profundo. Los sonidos de maquinaria en movimiento y tubos de gas retumbaban en la pequeña cápsula, creando una cacofonía de ruidos discordantes que llenaba el espacio con tensión.
Los ojos de Damocles se abrieron de par en par cuando vio al Dominus alzarse majestuosamente dentro de su cápsula, su figura imponente eclipsando incluso la presencia del campeón de Tánatos. El corazón de Damocles martillaba con fuerza en su pecho mientras retrocedía instintivamente, asombrado por la magnitud del ser que se alzaba frente a él.
Con una mirada penetrante, el gran ojo tintado de rojo del Dominus se posó en Damocles, atravesándolo con una intensidad inquietante que le erizó los vellos de la nuca. En ese instante, la cápsula que lo contenía estalló en mil pedazos, como si hubiera sido liberada por la pura fuerza de la voluntad del Dominus.
El sonido del cristal hecho añicos resonó en el aire mientras el Dominus emergía de entre los escombros, su figura colosal y poderosa desafiando toda lógica y razón. Damocles apenas podía creer lo que veía, su mente luchando por procesar la magnificencia del ser que tenía delante.
El tamaño del Dominus era aún más impresionante que el de Damocles, y al levantar su espada, el aire se llenó de una sensación de poderío sobrenatural. Cada movimiento del Dominus era fluido y calculado, como si estuviera en armonía con el universo mismo, y Damocles se sintió abrumado por la presencia abrumadora del ser que tenía delante.
La "Espada Divina de las Estrellas", arma legendaria del Atruneth Dominus, resplandecía con una luminiscencia sobrenatural. Forjada con una precisión atómica y empapada en tecnología cuántica, esta espada era el símbolo mismo del poder y la supremacía del Dominus dentro de la jerarquía de los Atruneth. Los átomos dispuestos en un patrón cuántico creaban un material casi indestructible, capaz de cortar a través del espacio-tiempo mismo.
El despertar del Dominus fue acompañado por una sinfonía de sonidos discordantes y ominosos. Los tubos de gas que alimentaban la cápsula emitían un siseo intermitente, como serpientes enojadas, mientras que la maquinaria en movimiento gemía y chirriaba con cada movimiento. Las articulaciones del Dominus, oxidadas por el largo letargo, protestaban con crujidos y quejidos, luchando por moverse con la misma gracia y poderío de antaño.
En medio del caos sonoro, una voz metálica emergió del Dominus, una alerta fría y mecánica que resonó en la mente de Damocles: "Eficiencia por debajo del 14%".
La declaración resonó en el aire como un presagio ominoso, una advertencia de la debilidad del coloso que se alzaba ante él. Pero antes de que Damocles pudiera siquiera reaccionar, el Dominus cayó de rodillas, su espada apagada y su figura titubeante y temblorosa.
El corazón de Damocles se aceleró con la sorpresa mientras observaba al Dominus desmoronarse ante sus ojos. Un momento de confusión se apoderó del Dominus, su mente luchando por comprender su situación recién descubierta. Al percatarse de su propia debilidad, el Dominus retrocedió instintivamente a una posición defensiva, sus ojos tintados de rojo destellando con una mezcla de frustración y determinación.
Damocles, aunque sorprendido por esta repentina disminución en la amenaza, no bajó la guardia. Con cautela, mantuvo su postura firme, sin atacar, pero sacando su espada con un movimiento fluido y seguro. Sabía que, incluso en su estado debilitado, el Dominus seguía siendo una fuerza a tener en cuenta, y no podía permitirse bajar la guardia ni por un momento.
Tánatos, desde las sombras de la nave, observaba con atención la interacción entre su campeón y el Atruneth Dominus. Sus ojos, tan oscuros como la misma noche, reflejaban una mezcla de cautela y anticipación mientras evaluaba la situación. "Espera", susurró Tánatos en la mente de Damocles con una autoridad inquebrantable. "No subestimes a tu oponente. Hay más aquí de lo que parece".
El Dominus escaneó la mente de Damocles con una mirada penetrante y aprendio su idioma en menos de un segundo, pronunciando palabras en el idioma de los Hijos de Tánatos. “Detente, mortal”.
"¿Qué sucede?" inquirió Damocles con voz firme y su postura lista para el combate.
"Si te atreves a algo", advirtió, "despertarás a mis legiones". "Soy el Comandante Iravani", proclamó con una voz llena de autoridad, "un guerrero destacado en la guerra de los tres planos, un asesino de serafines, creado por la gloria Resana para servir en la gran misión responsable de mi despertar, bañado en la sangre de ángeles y demonios". Sus palabras resonaron con una mezcla de arrogancia y fanfarronería.
Damocles, aunque consciente del poder del Dominus, no retrocedió ante su desafío. Manteniendo su compostura, contempló las palabras del Comandante Iravani con una mezcla de determinación y cautela. Sabía que la batalla por venir sería una prueba de su habilidad y astucia, y estaba preparado para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino hacia la victoria.
Iravani cortó la comunicación abruptamente, su voz resonando con una frialdad que helaba el alma. "No puedes ganar un combate contra mí, Damocles", declaró con seguridad, su tono impregnado de desdén y superioridad.
Damocles, con su mirada inquebrantable, respondió con calma pero determinación. "Pero tú tampoco podrás salir de aquí". Señaló con un gesto amplio alrededor de la nave catacumba de Iravani, destacando los daños y la desolación que la rodeaban. "Tus legiones están diezmadas, tu nave destrozada y sus sistemas apagados", continuó. "Aquí, ambos estamos atrapados".
La sala resonó con un silencio tenso mientras Iravani absorbía las palabras de Damocles. Por un momento, el Comandante pareció considerar las implicaciones de su situación. La frustración y la ira se reflejaron en su rostro, pero pronto se transformaron en una mueca de desafío. Damocles se abalanzó sin previo aviso hacia Iravani, cuya figura yacía aún en el suelo, su imponente presencia apenas afectada por la posición de desventaja. Con un rugido de determinación, Damocles lanzó una ráfaga de ataques, cada golpe cargado con la ferocidad de un depredador hambriento.
El choque de acero contra acero llenaba el aire, acompañado por el estruendo de los sistemas mecánicos luchando por mantenerse operativos. Los movimientos ágiles de Damocles se entrelazaban con la letal precisión de su espada, cada golpe calculado con la intención de desarmar a su oponente.
Pero para sorpresa de Damocles, cada golpe que lanzaba era bloqueado y repelido con una facilidad desconcertante por parte de Iravani, cuyo cuerpo, a pesar de su estado deteriorado, mostraba una resistencia impresionante. Como si no fuera molestia alguna, el Dominus se levantaba lentamente, mantenía sus movimientos fluidos y calculados mientras bloqueaba cada uno de los ataques con una destreza que desafiaba toda lógica y razón.
El sudor perlaba la frente de Damocles mientras continuaba su asalto, su determinación inquebrantable a pesar de la aparente invulnerabilidad de su oponente. Cada movimiento era una danza mortal, una coreografía de destrucción y determinación.
Entre los golpes, Iravani no podía evitar alardear sobre la gloria de su arma, la "Espada Divina de las Estrellas", una reliquia que había sido su compañera de batalla en incontables conflictos. "¿Ves esta hoja, Damocles?" gritaba Iravani, "¡Es el legado de mi linaje, forjada en las estrellas mismas, imbuida con el poder de los Resa y manchada con sangre de los ángeles!"
Sin embargo, mientras el duelo se prolongaba, Damocles comenzó a notar un cambio en su oponente. Los movimientos de Iravani se volvían más torpes, más lentos, su cuerpo mecánico estaba fallando por la falta de mantenimiento durante miles de millones de años. Los sistemas internos de Iravani, funcionando a un mero 11%, luchaban por mantenerse activos, y el Dominus comenzaba a flaquear bajo el implacable asalto de Damocles.
El brillo titilante de la espada de Iravani capturó la atención de Damocles, quien, a pesar de la ferocidad del combate, no pudo evitar sentir una extraña fascinación por la hoja que su oponente blandía con orgullo, pero que a pesar de todo, estaba dañada y apagada.
Después de cinco horas de lucha encarnizada, el suelo del salón de combate estaba salpicado con sangre y fluidos sintéticos, un testimonio oscuro de la brutalidad del enfrentamiento. Iravani yacía derrotado, su cuerpo maltrecho yace en el suelo, mientras que Damocles, aunque también gravemente dañado, se alzaba sobre él, su armadura destrozada y su rostro expuesto al aire, una máscara de determinación y agotamiento.
Con un gesto impetuoso, Damocles apuntaba su espada hacia el corazón de su rival. Sin embargo, antes de que pudiera entregar el golpe final, las palabras de Iravani resonaron en el aire, una advertencia oscura que colgaba como una nube de tormenta sobre la escena ensangrentada.
"Si me matas, detonaré un dispositivo en mi pecho que consumirá este planeta entero en fuego y cenizas", declaró Iravani sin temor alguno, con autoridad fría y amenazante. "¿Qué deseas a cambio de mi vida, campeón de aquel que llaman Tánatos?" preguntó.
Damocles frunció el ceño, su mente girando rápidamente mientras sopesaba las opciones ante él. Sus ojos ardían con una mezcla de determinación y desconfianza, su mano firme en la empuñadura de su espada. "Tu espada", declaró con una determinación inquebrantable. "La Espada Divina de las Estrellas. Eso es lo que deseo."
Iravani vaciló por un momento, su mirada perdida en el brillo mortecino de su arma. "No puedo", murmuró con pesar. "Necesito esta espada para cumplir mi misión. Sin ella, el destino de miles está sellado."
La escena se desarrollaba en medio de un ambiente opresivo y cargado de tensión, con Damocles erguido sobre el derrotado Iravani, cuyos sistemas mecánicos se tambaleaban al borde del colapso. El suelo del salón de combate estaba marcado por la sangre y los restos de la batalla, un sombrío recordatorio de la brutalidad del enfrentamiento.
"¿Qué sería peor, fallar en tu misión o perder algo tan valioso como tu espada?" inquirió Damocles, su voz resonando con la gravedad del destino mientras clavaba su mirada en Iravani.
El Dominus tomó un momento para considerar la pregunta, su rostro oculto tras el visor rojo de su armadura, un halo de misterio rodeándolo incluso en su derrota. "Cumpliré el trato", declaró finalmente Iravani, su tono grave y serio. "Pero necesito mis legiones y mi nave", agregó con determinación, su voz resonando en el silencio del salón. "He escaneado tus sistemas", anunció, sus palabras cortantes como cuchillas. "Necesito al sujeto 96370."
La mención del enigmático sujeto desconcertó a Damocles, cuya expresión se oscureció con una mezcla de curiosidad y desconfianza. "¿Qué quieres de ese forastero de otra raza?" preguntó con una intensidad que reflejaba su determinación por descubrir la verdad.
Iravani le lanzó una mirada penetrante, sus ojos tintados de rojo brillando con una intensidad inquietante. "Puede reparar mi nave", respondió enigmáticamente, su voz resonando con una nota de anticipación.
El campeón de Tánatos consideró la oferta por un momento, su mente trabajando a toda velocidad mientras evaluaba las implicaciones del trato propuesto. "Trato hecho", aceptó finalmente, su voz firme y decidida resonando en la oscuridad del salón.
En el tumulto silencioso que seguía a la negociación, Iravani tomó el control de la situación con un movimiento rápido, reactivando el sistema de comunicación de Damocles con un gesto hábil. "Trae al forastero", ordenó con una voz que resonaba con una autoridad inquebrantable, cada palabra cargada de determinación.
Mientras el mensaje se enviaba, Damocles permaneció en silencio, su rostro impasible pero su mente trabajando a toda velocidad. Contemplaba las implicaciones de su decisión, sabiendo que había desencadenado fuerzas poderosas y peligrosas que ahora estaban fuera de su control. Pero ya no había vuelta atrás. El destino estaba sellado, y él estaba decidido a enfrentarlo, cueste lo que cueste.
El tiempo parecía estirarse en una eternidad mientras Damocles mantenía su posición, su espada aún apuntando inexorablemente hacia el pecho de Iravani. El aire estaba cargado con la tensión de un enfrentamiento inminente, cada respiración un eco sordo en el vasto salón.
Entonces, el murmullo de pasos resonó en la sala, anunciando la llegada de Osiris, el hijo de Damocles. Con paso firme y determinado, llevaba en sus brazos al sujeto 96370, el forastero cuyo destino había sido sellado por la voluntad de su padre. Con un gesto brusco, depositó al forastero en el suelo, su presencia una adición inquietante a la ya tensa atmósfera.
El forastero emergió de la sombra de Osiris, su figura envuelta en un traje que evocaba la estética nórdica, con líneas angulares y detalles intrincados que relucían débilmente a la luz del salón. Su casco, una pieza elaborada de metal pulido, ocultaba su rostro en la oscuridad, dejando solo una silueta borrosa entre las sombras. Aunque su musculatura era delgada y su apariencia pequeña en comparación con los imponentes Atruneth y el formidable Damocles, irradiaba una sensación de nerviosismo, como si estuviera fuera de lugar en aquel escenario de poder y oscuridad.
Osiris se adelantó hacia el forastero, su voz resonando en la sala mientras hablaba en la lengua del recién llegado. "Ahora perteneces a la máquina en el suelo", declaró con una autoridad fría, su tono sin concesiones. El forastero, aunque su rostro estaba oculto tras el casco, pareció comprender las palabras de Osiris, y un destello de incertidumbre cruzó su figura.
En un movimiento rápido y decidido, el forastero se posicionó junto a Iravani, su elección evidente en su gesto. Aunque su cara permanecía oculta tras el casco, su lenguaje corporal revelaba una mezcla de temor y sumisión, como si estuviera obedeciendo a un poder más allá de su comprensión. Su presencia entre los seres alienígenas y mecánicos era una anomalía, una pieza perdida en un rompecabezas que desafiaba toda lógica y entendimiento.
Los ojos de Damocles recorrieron la escena con una mezcla de orgullo y preocupación, su mirada fija en su hijo mientras este llevaba a cabo el mandato dado por Iravani. El campeón de Tánatos observaba cada movimiento con intensidad, consciente de que las decisiones tomadas en ese momento tendrían consecuencias inimaginables.
Con un gesto solemne, Iravani extendió su mano hacia su espada, la "Espada Divina de las Estrellas", una reliquia de poder incalculable. La hoja relucía débilmente en la penumbra, sus contornos bañados en un brillo etéreo que parecía emanar del mismísimo cosmos. "Protégela", urgió Iravani, su tono grave y ceremonial. "Y no te preocupes. Una vez que recupere mi nave, no atacaré al Imperio de Tánatos. Soy un Comandante honorable."
La responsabilidad pesaba sobre Damocles mientras aceptaba la espada, sus dedos envolviendo el mango con un cuidado reverencial. Asintió con solemnidad, comprendiendo la carga que acababa de recibir. Era un compromiso que iba más allá de la simple custodia de un arma; era la promesa de mantener la paz en medio de la guerra, de preservar la estabilidad en un mundo al borde del caos.
Con un gesto imperioso de su mano, Damocles indicó a Osiris que saliera de la nave catacumba, llevando consigo al forastero y cumpliendo con la voluntad de Iravani.
El silencio se cernía sobre la vasta nave catacumba, una oscuridad que envolvía cada rincón de su interior. Damocles y Osiris se encontraban en el corazón de esta monstruosa estructura, rodeados por los susurros de la maquinaria dormida y los ecos de un pasado olvidado.
Los dos guerreros se prepararon para abandonar aquel sombrío santuario. El techo de la nave catacumba se alzaba sobre ellos, como una barrera imponente que debían atravesar para alcanzar la libertad.
Los pasos de Damocles resonaron en el silencio mientras ascendía por las estructuras metálicas rotas que conformaban el techo de la nave. Sus manos se aferraban con fuerza a los salientes irregulares para subir.
A su lado, Osiris seguía su ejemplo, escalando con habilidad los muros de metal Atruneth. Su rostro estaba determinado, sus ojos fijos en el objetivo mientras ascendían hacia la libertad que aguardaba más allá de aquellos confines oscuros.
Finalmente, emergieron a la superficie, enfrentándose al vasto paisaje desolado del planeta helado. Un cráter se extendía ante ellos, una cicatriz en la tierra que debían atravesar para alcanzar la seguridad de su nave.
El aire gélido de Ergecin 8422 azotaba el rostro de Damocles, sus mejillas endurecidas por la fuerza del viento que cortaba como cuchillas afiladas. Se apartó de la nave catacumba de Iravani con determinación, sus pasos resonando en el suelo helado que crujía bajo su peso. La atmósfera del planeta helado era tan hostil como la mirada de un enemigo vencido, desolada y desafiante.
A su lado, Osiris, su hijo, permanecía en silencio, una figura sombría en contraste con el paisaje desolador. Su presencia era una muestra de lealtad inquebrantable, una promesa de apoyo en medio de la incertidumbre. Con gestos rápidos y precisos, se prepararon para abandonar aquel lugar, dejando atrás los secretos y las intrigas que habían marcado su estancia en aquel rincón olvidado del universo.
El dúo se encaminó hacia la nave con determinación, sus siluetas recortadas contra el horizonte desolado. Cada paso resonaba con la firmeza de su propósito, una determinación férrea que no sería sacudida por las adversidades del entorno.
El rugido de los motores rompió el silencio del paisaje, llenando el aire con su poderoso zumbido mientras la nave se elevaba majestuosamente hacia el cielo oscuro y estrellado del planeta helado. El destello de las estrellas se reflejaba en los ojos de Damocles y Osiris, marcando el comienzo de su viaje de regreso a casa, donde nuevas batallas aguardaban y nuevos destinos esperaban ser forjados…
El silencio envolvía la habitación de Damocles en la estación Imoszrekh, solo interrumpido por el suave zumbido de la espada en sus manos. Tres meses habían pasado desde su encuentro con Iravani en el planeta helado de Ergecin 8422, y aún se preguntaba por qué no podía activar completamente la poderosa arma.
Sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por un destello de luz detrás de él. Instintivamente, Damocles se preparó para la lucha, su mente afilada como la hoja de su espada, pero lo que emergió del portal no fue un enemigo sediento de sangre, sino el propio Iravani, al 100% y revitalizado.
La sorpresa paralizó brevemente a Damocles mientras observaba al Atruneth Dominus frente a él. ¿Por qué Iravani había regresado? ¿Qué planeaba?
"Damocles", dijo Iravani con calma. "No he venido a luchar."
El campeón de Tánatos frunció el ceño, pero su mano aún seguía aferrada a la empuñadura de su espada. "Entonces, ¿por qué estás aquí?"
Iravani se acercó a él con pasos lentos y medidos para no alertar al campeón. "Te fuiste tan rápido, que no pude explicarte", comenzó, lentamente extendiendo su mano izquierda hacia la espada inactiva en las manos de Damocles. "La espada está rota. Vine a repararla..."
La incredulidad inundó los pensamientos de Damocles mientras observaba cómo Iravani tocaba la hoja inerte. Con un simple toque, la espada cobró vida, iluminando la habitación con una luz blanca deslumbrante mientras sus líneas antes apagadas fulguraban en magenta. Los bordes que habían estado opacos y sin vida ahora brillaban con un fulgor renovado, y la energía pulsaba a lo largo de la hoja, como si hubiera recuperado su fuerza perdida.
Miró a Iravani con una mezcla de gratitud y asombro. "Gracias", murmuró, asimilando la magnitud del gesto de su enemigo anterior.
Iravani asintió con solemnidad. "No hay honor en la batalla con una espada rota", dijo. "Ahora, protege lo que es tuyo y mantén tu honor intacto."
Con esas palabras, Iravani se retiró hacia el portal, dejando a Damocles solo en su habitación, con la espada restaurada como su única compañera en la oscuridad…